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RESPONSABILIDAD MORAL ENTRE LA GUERRA Y LA PAZ 343 hombre, a sus artimañas diplomáticas y a la eficacia macabra de sus me dios de disuasión. Pero a veces, por el contrario, los hombres parecen convencidos de que solamente Dios —o los dioses o, en su caso, las fuerzas del azar— podrían evitar la confrontación y las disputas. El prometeísmo y el quietismo se enfrentan también en éste como en tan tos otros lugares de la experiencia humana. b) Con respecto al objeto de la búsqueda, de nuevo corremos el pe ligro de caer en un reduccionismo. O bien pensamos exclusivamente en los beneficios de una paz socio-política, que parece subrayar la tranqui lidad y la prosperidad material mientras parece ignorar y aun despre ciar los valores más espirituales del hombre. O bien pensamos en una paz pura y asépticamente espiritual que pretende desoír y descuida el lamento concreto y cotidiano del hombre que sufre. Y sin embargo, una reflexión ética sobre la paz ha de tener en cuen ta todos estos aspectos. Tan inmoral sería olvidar que la paz es tanto un don como una tarea, como el pretender reducir el alcance de la paz a uno de los polos de un nuevo dualismo. 3 . M e n s a j e b íb l ic o s o b r e l a p a z En este, como en muchos otros temas de la reflexión moral, tendre mos que permanecer más atentos al espíritu que a la letra del mensaje revelado. Las situaciones históricas son tan diferentes, entre el mundo bíblico y el nuestro, que a duras penas el contenido inmediato del men saje puede ser trasplantado a la problemática y a las cuestiones ac tuales. «En el Antiguo Testamento existe una concepción de la guerra; pero su contexto es tan diferente del nuestro, que no nos sirve de pauta a los cristianos de hoy. En el Nuevo Testamento el horizonte de la gue rra está prácticamente ausente; pero en él encontramos una fuente fecunda de ideas y estímulos para abordar muchas situaciones, inclui da la guerra» n . De todas formas, aun las mismas expresiones que designan para la Biblia la realidad de la paz, su vinculación con la justicia, su enraiza- 12. F. J. E liza r i , Moral de la vida y la salud, en l.c., 135-136. Cfr. F, I báñez , Leer el Antiguo Testamento : ¿curiosidad, escándalo o camino de paz?, en Teo logía y Catequesis 19 (1986) 349-62; H. J im énez , La paz en la Biblia, en Cues tiones Teológicas 11 (1985) 29-68.
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