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338 JOSE-ROMAN FLECHA ANDRES Norte y el Sur. No están de acuerdo expertos economistas y políticos al precisar exactamente las causas de estas tensiones; entre éstas no raramente se encuentran las siguientes: crisis general de fuentes de energía; egoísmo y amoralidad en la política internacional anteponien­ do el interés particular al bien común; ideologías opuestas entre sí, pero que con muchísima frecuencia convergen en un mismo materia­ lismo; antropología mutilada, que reduce la persona humana a un me­ ro substrato material o económico; discordias que a veces surgen de diferencias religiosas, y finalmente, el poder gigantesco y terrible del armamento actual» 5. 2. Los obispos decían también que «la permanente tensión entre los dos bloques provoca el recurso a la fabricación y posesión de armas cada vez más perfeccionadas y de mayor poder de destrucción». Si ya el Concilio Vaticano II había declarado que «la carrera de armamentos es la plaga más grave de la humanidad y perjudica a los pobres de ma­ nera intolerable» (GS 81), en su reciente documento sobre la paz, los obispos norteamericanos condenaban abiertamente esta carrera de ar­ mamentos como «una de las mayores maldiciones de la raza humana; tiene que ser condenada como un peligro, un acto de agresión contra el pobre y una locura que no proporciona la seguridad que promete» 6. Por su parte, los obispos de ]a Alemania Federal reconocen que «muchos no comprenden ya un mundo en el que es posible desplegar cohetes y armas, incluso en aquellas regiones más apartadas del globo donde, al mismo tiempo, faltan el arroz, el pan y los medicamentos» 7. Estas consideraciones podrían parecer teóricas y hasta demagógicas si no nos afectaran a nosotros mismos. En el año 1984 la industria ar- mamentística española incrementó sus exportaciones. De los 110.000 millones del año 1983 pasó a 130.000, lo que viene a significar un 3. La reconciliación y la penitencia en la misión de ¡a Iglesia, 6. Para te­ ner una panorámica sobre la presencia del tema de las tensiones en diversas partes del mundo, evocadas en el Sínodo, ver G. C apriue , II Sínodo dei Ves- covi 1983, Roma 1985, 860. 6. C onferencia E piscopal N orteamericana , El desafío de la paz . La promesa de Dios y nuestra respuesta (3 may. 1983), Sumario, I, C, Madrid 1983, 12. Cfr. I. C amacho , La Iglesia ante el desafío de la paz. En tomo a un reciente docu­ mento del episcopado norteamericano, en Proyección 32 (1985) 275-98. 7. Puede verse el resumen y la comparación con el documento norteame­ ricano preparada por L. L ange , Un desafío: desde la justicia ganar la paz, en Vida Nueva 1.410 (7 ene. 1984) 23-30. C fr. I. C amacho , La Iglesia ante el desafío de la paz. Otros documentos de los episcopados católicos, en Proyección 33 (1986) 27-42.

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