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RESPONSABILIDAD MORAL ENTRE LA GUERRA Y LA PAZ 349 siones entre judíos y romanos en esos años, sino que los judíos acu­ dieron a vías legales y pacíficas para exigir el respeto a su ley; su ac­ titud hacia el gobierno de Roma fue una actitud conciliadora, busca­ ron la manera de convivir con el poder extranjero, en plena fidelidad a la ley judía (...i) Este estudio ha hecho ver la necesidad de distinguir entre la época de la Judea dividida (6 a.C. - 41 d.C.) y la época siguien­ te, cuando la Judea reunificada estuvo bajo los procuradores romanos (44-46 d.C.). Esta última fue, en verdad, una época extremadamente re­ volucionaria, pero no la primera» 16. a) En los evangelios se respira un ambiente de paz, pero raramente se habla de ella de forma explícita. Se diría que el tema de la paz no es predominante en los evangelios, aunque la paz equivale en realidad a lo que el AT denominaba con la palabra shalóm y los evangelios si­ nópticos conocen como el Reino de Dios: la llegada del señorío esca- tológico de Dios como eclosión de una nueva vida y un nuevo mundo enraizado en la gracia, en la justicia, en el amor. Ya en el nacimiento de Jesús se anuncia al mundo el advenimiento de una paz que es fruto de la misericordiosa benevolencia de Dios (Le 2. 14). Y a lo largo de su vida, Jesús proclama dichosos a los que tra­ bajan por la paz (Mt 5, 9), él mismo va derramando la paz sobre los atribulados (Le 7, 50; 8, 48) e invita a los discípulos a proclamarla, como el primero de los frutos del Reino de Dios, dondequiera que lle­ guen con la buena noticia (Le 10, 5-9). Jesús ha recordado la frase de Is 61, 1-2 para anunciar la gracia y la benevolencia de Dios sin fronte­ ras, sin límites y sin represalias contra los enemigos (Le 4, 18-19). Ha ofrecido una alternativa a la ley del talión (Mt 5, 39) y a la antigua sed de venganza del canto de Lamec (Mt 18, 22; Gen 4, 23-24), invi­ tando a sus seguidores a amar a los enemigos de modo que puedan ser en el mundo como un signo sacramental del amor gratuito y perdona- dor del Padre celestial (Mt 5, 44-45). Su paz trastorna los esquemas de este mundo (Le 12, 51). Pero si su misma ciudad se niega a acoger su mensaje (Le 19, 42), él no retira su oferta, mientras que por otro lado reprende a los discípulos que pla­ nean represalias contra las aldeas que no los reciben cuando van de ca­ mino (Le 9, 51). 16. H. G uevara , Ambiente político del pueblo judío en tiempos de Jesús, Madrid 1985, 259. La opinión contraria es defendida por S. G . F. B randon , The Fall of Jerusalen and the Christian Church, Londres 1957, y Jesús and the Zea- tots, Manchester 1971; J. A lonso D íaz , Actitud de Jesús y del Evangelio ante la violencia, Madrid 1981.

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