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EL OPUS DEI/PRELATURA PERSONAL 277 analógica de contrato parece la más apropiada para expresar el acuerdo de los laicos con la Prelatura. Por medio de ese a-modo-de-contrato, los laicos del Opus Dei se comprometen, y reciben la gracia específica para ello, a la santificación del mundo, que llevan a cabo desde dentro y sin salirse de él, a partir de lo que es propio del mundo, es decir, del reino de la libertad 16. * * * «L a vocación humana es parte, y parte importante, de la vocación divina», decía el fundador del Opus D e i17. Lo cual equivale a señalar que la materia convenida con la Prelatura, la cual tiene carácter voca- cional, es la tarea que cada uno tiene en el mundo. Es lógico, pues, que se haya escrito que «toda una teología de las realidades terrenas, del mundo, de la secularidad, toda una particular profundización de los dogmas de la creación y de la gracia, están implícitas en esas frases (del fundador del Opus Dei); equivalen, en efecto, a afirmar una bondad y una grandeza cristianas del mundo, ciertamente no independientes de la gracia sino relacionadas con ella, pero no por eso menos reales y me­ nos auténticas» 18. Si los laicos actúan por propia iniciativa en todas las encrucijadas de la vida social, conscientes de que la finalidad de la Iglesia es exten­ der el Reino de Cristo para que todos los hombres se salven y por su medio el mundo esté efectivamente orientado a Cristo, entonces «la obra de la salvación aparece ( . . . ) indisolublemente ligada a la labor de mejorar y elevar las condiciones de la vida humana en este mundo. La distinción entre el orden sobrenatural y el orden temporal de la vida humana debe ser vista en la perspectiva del único designio de Dios de recapitular todas las cosas en Cristo» 19. imposible que la esencia del sacramento fuese una realidad tan natural como el consenso matrimonial. 16. «El Opus Dei arranca de la realidad del mundo, del trabajo humano, en cuanto camino de santificación. No hace polémica con las espiritualidades religiosas; es un brote distinto de la perenne riqueza espiritual del Evangelio» (A. De. P ortillo , El camino del Opus Dei, 40). 17. Es una expresión repetida muchas veces por Mons. Escrivá de Bala guer, en estos o semejantes términos. Vid. Es Cristo que pasa. Homilías, n, 46, Madrid 1976; Amigos de Dios. Homilías, n. 60, Madrid 1978. 18. J. L. Illa n es, D os de octubre de 1928: alcance y significado de una fe­ cha, en P. R odríguez (dir.), Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer y el Opus D ei, 104. 19. J uan P ablo II, Instrucción Libertatis conscientia, 22.3.86, n. 80. Un co-

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