PS_NyG_1987v034n002p0163_0252

EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA 171 de extraño tiene que, después, Aristóteles y otros muchos se pregun­ ten por dónde descansa, a su vez, el agua? Pero, se comprende al pun­ to, si todo es agua, ésta no descansa sobre nada, sino que principia a todo y a todo da ella descanso. La pregunta que desde dentro se va a plantear será otra: ¿hay un afuera? Con Anaximandro nada de nuevo hay en la idea de principio, áp/ji- Esa palabra, por supuesto, no la inventaron ni Tales ni él; ya Home­ ro la había utilizado 16, pero seguramente es con ellos cuando toma ese sentido pregnante que tiene en Aristóteles 17 (y antes de él en Platón) cuando habla de la filosofía de sus antecesores presocráticos. Sus carac­ terísticas nos aparecen ya de manera clara: aquello que es primero en cuanto que de él se nutren todas las cosas y que es último por cuanto todas las cosas vienen a caer en ello, en un proceso de nacimiento y de muerte, de engendramiento y de descomposición, de generación y de corrupción. Junto a esa palabra, ya lo sabemos, hay otra que se le ase­ meja de continuo: elemento, axot^eíov. Utilizando palabra de Platón en el Timeo, se trata de eso, dando por supuesto que sabemos qué es, que «llamamos principios y establecemos como elementos del Uni­ verso» 18. Pues bien, para Anaximandro debió de resultar un tanto pedestre el calificar al agua de principio de todas las cosas, pues esta calificación seguramente no daba cuenta de todas las cosas; era quizá demasiado sencilla. Por eso recurrió a lo infinito, *có ¿bcetpov, como principio de las cosas, «a partir del cual se generan todas las cosas» 19. Es principio y elemento, como dirá Diógenes Laercio20. Nos la dice San Agustín con palabras acertantes: «no pensaba que cada cosa naciera de una sola, como Tales con el agua, sino de sus propios principios, y creía que los principios de las cosas singulares eran infinitos»21. Lo infinito no tiene en Anaximandro sentido temporal. Tampoco tiene el sentido de una tabla periódica de los elementos en que éstos sean infinitos. El uso de esta palabra ya en Homero nos da un sentido 16. Véanse las referencias en G I 89-99. 17. Recuérdese, sobre todo, Met. 983a, en G I 18 (DK 11 A 12); también Met. 998ab, en G I 83. Los 'elementos' son las sílabas y las letras con las que se hace en el lenguaje «la imitación de la esencia» de las cosas, Crátilo 423bc, en G I 80; también Teeteto 201e, en G I 81. 18. Timeo 48b, en G I 82. Ese 'universo', taJ como traduce G corresponde a oxotveia toOTüavróc 19. Aecio en G I 84 (DK 12 A 14). 20. D iógenes L aercio , Vidas de los filósofos ilustres, II, 1, en G I 85. 21. A g u st ín , La Ciudad de Dios, VIII, 2, en G I 88 (DK 12 A 17).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz