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EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA 247 separarse del infinito’, ¿significará que hay como una 'masa de mate­ ria' previa?, parece evidente que no, según lo que llevamos visto de los atomistas; ¿significará como piensan algunos que 'infinito’ se refiere a (que no aparece aquí sino en un texto de Galeno, refi­ riéndose a los atomistas 338)? Me inclino más a pensar que se trate de ese infinito pulular de átomos y de vacío sin todavía ninguna especie de configuración; no olvidemos que Diógenes Laercio quiere hacer sur­ gir ante nuestros ojos el mundo, valiéndose de los presupuestos atomis­ tas de Leucipo y Demócrito. El 'gran vacío’ puede ser a la perfección una expresión enfática, puesto que en lo previo sólo hay átomos y va­ cío, sin grandezas especiales. En la reunión se produce un único tor­ bellino, instrumento con el que todo se va a constituir. Los átomos penetran en ese torbellino hasta que se alcanza un 'equilibrio’, a partir de entonces 'ya no caben más’ y los más tenues deben escapar de él. Se da ahora una 'filtración’ diferenciadora. Es posible conjeturar que la 'membrana’ se forma con esos átomos más tenues que escaparon del torbellino; es, quizá, una membrana sujetadora y limitadora. E l tor­ bellino hace que todo tienda hacia el centro, más cuanto menos tenue, de manera giratoria, como una espiral. La membrana pierde átomos que se adentran en el torbellino y recibe átomos que proceden del ex­ terior. Hipólito nos refiere también cómo los cuerpos «a partir de lo cir­ cundante (¿x too T^tsyovioc) se reunieron y confluyeron en un gran vacío, chocando entre sí», se combinaron los de figura semejante o for­ mas parecidas, se enlazaron y dieron origen a los astros 339. También Aecio nos ha conservado en un texto largo al cosmogonía de los ato­ mistas; nos cuenta cómo «el mundo se estableció asumiendo una for­ ma curva (^ep'.xexXaapiévíoi cu fia n )» ^40. Ya lo sabemos, «hay infinitos mundos generados y corruptibles» 341. ¿De qué otra manera podría ser, admitidos los supuestos atomistas? Azarosamente se forma un mundo aquí, azarosamente se forma otro mundo allí, sin desgana ninguna, sin reposo, continuadamente, infinitas formaciones, infinitas desformaciones. ¿Qué de extraño, por tanto, que entre ellos los haya «no sólo semejantes, sino tanperfecta y absoluta- 338. G aleno , Sobre ios elementos según Hipócrates I 2, en G III 395 (DK 6S A 49). No se olvide la equiparación que vimos entre ’vacío’, 'nada' e ’infi­ nito'. 339. H ipólito , Ref. I 12, en G III 452 (DK 67 A 10). 340. A ecio I 4, en G III 454 (DK 67 A 24). 341. D iógenes L aercio IX 44, en G III 455 (DK 68 A 1).

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