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170 ALFONSO PEREZ DE LABORDÀ movimiento que, por debajo de lo que nos aparece, hace posible el prin­ cipiar de todas las cosas en el agua. El pensamiento ha entrado así él mismo en movimiento. Ahora se va a preguntar al punto cómo es posible este principiar desde el agua y cuáles son los procesos de ida y vuelta que explican ese 'todo-es-agua’. Serán dos tareas distintas, por un lado el ahondar en eso que llamo principiar, asunto de pensamiento que busca y es capaz de encontrar orden, quizá incluso de ponerlo. Por otro el encontrar la realidad de esos procesos que se suponen. Una va a ser labor que habrá de mirar al propio conocimiento. La otra, a la existencia de los procesos del cambio y del movimiento. Tales, además, consiguió hacer mediciones de cosas que eran inac­ cesibles a toda medición. Midió lo inaccesible por la semejanza con lo accesible. Dos triángulos 'iguales’ (mejor será luego, cuando se diga 'semejante’) un hombre con su sombra (en el instante en que la altura y la sombra son iguales) y una pirámide con la suya, nos hace ver la altura de la pirámire inaccesible a la medida directa 13. La inteligencia y el pensar nos hace conocer, medir, lo 'invisible’ a través de lo Visi­ ble’, si es que, con la transposición de inaccesible por invisible, pode­ mos asimilar esta medición con la 'medición’ de todo por el agua. ¿Tales predijo eclipses? Ciertamente que no. En sus tiempos no se disponía de las herramientos astronómicas ni matemáticas para prede­ cir un eclipse solar. Por lo que ahora se sabe, tampoco los babilonios disponían de esos conocimientos, ni se disponía de tablas que les hi­ cieran conocer repeticiones cíclicas de eclipses solares. Si la anécdota es cierta, hacer ver las dotes de futurologo del sabio griego 14. Todo es agua. Entonces parece evidente preguntarse sobre dónde reposa, pues, la tierra. La respuesta para Tales es obvia: la tierra des­ cansa sobre agua, como si fuera un leño que flota sobre ella 15. ¿Qué 13. Así P lim io y P lutarco , en G I 32 y 33 (DK 11 A 21). P roclo , en G I 34, asegura que también trajo Tales a Egipto la geometría. El mismo Proclo dice que fue Tales el primero que demostró que el diámetro divide al círculo en dos partes, en G I 35 (DK 11 A 20); ciertamente lo hizo, quizá, plausible, pe­ ro no lo ’demostró', léase la larga nota a esta edición, También fue Tales quien vio que los ángulos de la base de todo triángulo isósceles son iguales entre sí, como también lo son los ángulos opuestos por el vértice de dos líneas rectas que se cortan entre sí, en G I 37 y 38 (DK 11 A 20). 14. Véase G I 39 a 45; cfr. O . N eugebauer , A History of Ancient Mathema­ tica1 Astronomy, Berlín 1975, 604. 15. Véase G I 18. La pregunta aristotélica en Del Cielo 294a, en G I 49 (DK 11 A 14).

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