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236 ALFONSO PEREZ DE LABORDA No vamos a entrar aquí en el problema complejo de ver lo que en la teoría de los atomistas es de Leucipo y lo que es de Demócrito, si es que se puede establecer diferencias significativas. Para los atomistas «todas las cosas son infinitas» y pueden cambiarse unas por otras y «el todo (tó tz áv)> es vacío y está repleto de cuerpos; los átomos son para ellos los principios a cuya persecución han salido los atomistas; ese todo al que nos acabamos de referir es infinito, en una parte lleno y en otra vacío, siendo ambos elementos 274 (igualmente, esos elemen­ tos que los presocráticos buscan). Los planteamientos principíales de los atomistas son conectados con Parménides por su acérrimo enemigo Aristóteles: «concordando, por una parte, con los fenómenos y, por otra, con quienes sostienen sólo la existencia de lo uno porque no po­ dría existir el movimiento sin el vacío, dice Leucipo que el vacío es el no ser y que nada de lo que es, es el no ser, pues lo que realmente es, es absolutamente pleno», sin que el que sea conlleve el que sea uno 275. Hay, pues, por un lado los átomos, sólidos y llenos, que son ser, los cuales se mueven en lo que viene a ser el otro lado de la cuestión, el vacío, «al que llamó no ser, diciendo que éste existe no menos que el ser» 276. En algo se asemejan, al decir de Aristóteles, las opiniones de Anaxágoras y la de los atomistas, pues para ambos «todo está mezcla­ do con todo», vacío y «pleno» (irXy¡f>e<;) se encuentran en todas las partes de las cosas, aunque lo pleno es ser y lo vacío es no ser 277. Así, pues, por naturaleza no hay otra cosa que átomos y vacío, mientras que «todas las otras cosas son objeto de opiniones (“rá VáWa ttávxa vcvojiÍ30ai)» podríamos decir: 'cuestiones de pensamiento,; «las cualidades son por convención (rcoiÓTr,T«<; bk vó(jloi elva')», por natu­ raleza, es decir, por 'física’, sólo hay átomos y vacío 278. Nada hay con­ forme a la verdad en las apariencias sensibles, sino que en ellas lo que hay lo hay únicamente conforme a la opinión (8ó£a); dulce, amargo, caliente, frío, color, son meras convenciones; se opina que hay cuali­ dades sensibles, «pero en ellas en verdad no existen» 279. 'Por con­ vención’ (vófuoi) significa 'según la opinión’ (vo}uax¿), 'respecto de nosotros' (xpóc rjuá<;), sin que diga nada de la naturaleza de las co- 'espacio' no es de los atomistas, sino de Aristóteles, pues como nos lo dice éste con pulcritud aquellos ponen 'vacío', 'nada' e 'infinito'. 274. D iógenes L aercio IX 30-31, en G III 293 (DK 67 A 1). 275. A ristóteles , De gen. y corr. 325a, en G III 296 (DK 67 A 7); cfr. Met. 985b, en G III 298 (DK 67 A 6). 276. Simplicio, F ís . 28, 4, en G III 297 (DK 67 A 8). 277i. A ristóteles , Met . 1009a, en G III 305. 278. D iógenes L aercio IX 4445, en G III 306 (DK 68 A 1). 279. S exto E mpírico , Contra los matemáticos VII 135, en G III 307 (DK 68 B 9).

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