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2 2 0 ALFONSO PEREZ DE LABORDA son así dos: Aristóteles los asimila a Ío uno’ y 'lo otro’ 201. Sabemos que son el 'nous’ y la 'materia’ o, mejor, 'todas las cosas’ . Homeome- rías será el nombre de los componentes de cada una de esas cosas. Para algunos comentaristas 'homeomerías’ sería la traducción aris totélica de la palabra genuinamente anaxagórica, 'semillas’ (arápjtaxa). Poco importa aquí. No hay ni nacer ni perecer en su concepción: «nin guna cosa, en efecto, nace ni perece, sino que de las cosas existentes se forman, mezclándose, y se de-forman, separándose; y así, bien po dría llamarse al nacer 'mezclarse’ y al perecer 'separarse’» 202. Ahí en la mezcla están unidos infinitos elementos, que son los que luego, por la acción del 'intelecto’, se entremezclan y se separan desde la mezcla ori ginal. En ella, por tanto, está dada de antemano la infinita multiplici dad de todas las substancias que encontramos en el universo. Es una multiplicidad que nos aparece como unidad, inerte, que necesita de un principio externo para ponerse en movimiento y ordenarse: «Al ser puesto en movimiento y ordenado, se dan en el Cosmos, las diferentes sustancias. Aparecen entonces la carne, el hueso, al madera, etc.; y en cada una de estas sustancias determinadas hay partículas de todas las demás sin excepción». Esas son las 'homeomerías’, no importa que las consideremos orgánicas o inorgánicas, simples o compuestas, con tal de que «constituyan una clase o especie, definida por un conjunto es table y diferenciable de cualidades» 203. La perplejidad de un texto muy posterior nos hace ver el pensa miento de Anaxágoras que se encierra bajo ese concepto de 'semillas’ u 'homeomerías’ : «Anaxágoras, tras admitir la doctrina de que nada se genera de la na da, suprime la generación e introduce la división en lugar de la gene ración. En efecto, absurdamente dice que todas las cosas están mez cladas entre sí y se dividen al crecer. También en la misma semilla hay pelos, uñas, venas, arterias, nervios y huesos, y resultan invisibles por la pequeñez de las partes; pero al crecer, poco a poco, se dividen. ‘En efecto, dice, ¿cómo se generaría pelo de lo que no es pelo, y carne de lo que no es carne?'» 204. 201. Cfr. A r is t ó t e le s , Met. 989ab, en G II 680, en A . J. C a p p e lle tti, o. c ., 44. 202. S im p lic io , Física 163, 20, en A. J. C a p p e lle tti, o . c.y 152, en G II 686 y 825 <DK 59 B 17). 203. A. J. C a p p e lle tti, o . c ., 229. Aristóteles explica el concepto de 'homeó- mero' en Meteorológicas 388a, en G II 669. 204. Escolios a la oración fúnebre de Gregorio Nazianceno a su hermano Basüio el Grande, XXXVI 911, en G II 674 (DK 59 B 10).
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