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214 ALFONSO PEREZ DE LABORDA tura anuncia la de los mitos y alegorías de la obra platónica, cargados de sentido, portillos por los que el pensamiento atraviesa altas cumbres. El poema de Empédocles se refería también a los fenómenos físi­ cos, pero ahí no hemos tenido suerte, son muy pocos los fragmentos que nos quedan, por lo que sólo podemos acercarnos a su pensamiento astronómico por comentarios indirectos 180. La luna es un disco de aire congelado que recibe su luz del sol. La luz sería corporal. Sus concep­ ciones sobre el hombre y los seres vivientes son de indudable belle­ za 181, de la que supo aprovecharse Platón en su mito del andrógino. Se interesa también en la reproducción y en la embriología 182. Igual­ mente en la relación entre pensamiento y sensación. La visión sería producida por una luz que parte del ojo, pero otras veces, como advier­ te Aristóteles, se diría que se produce por emanaciones que de los ob­ jetos llegan a los ojos 183. En su interés por la manera en que se efectúa la respiración, utiliza el símil de la clepsidra, como nos recoje también Aristóteles: «De este modo todos los seres inspiran y expiran: en todos ellos se [extienden a lo largo de la superficie del cuerpo tubos de carne vacíos de sangre, y en sus bocas, abundantes conductos perforan los últimos extremos de la piel de parte a parte, de tal modo que la [sangre es albergada, al tiempo que se obtiene un libre acceso para el éter. Entonces, cuando la delicada sangre se retira de allí, el éter hirviente irrumpe con furiosas olas, y cuando ella salta fuera, se produce la expiración. Tal como cuando [una muchacha juega con una clepsidra de brillante bronce: Cuando coloca su esbelta mano sobre la boca del tubo y la sumerge en la masa de agua plateada que retrocede, nada de lluvia penetra en el vaso, sino que es apartada por el volumen de aire que presiona desde dentro sobre los abundantes [orificios, 180. Cfr. GII346-371. 181. Cfr. GII383-393. 182. Cfr. GII395-406. 183. Cfr. A ristóteles , De las sensaciones 437b (DK 31 B 84), en donde to­ ma un largo fragmento del poema de Empédocles. Cfr. T eofrasto , De las sen. 7-8, en G II 427 (DK 31 A 86), Sobre la luz A ristóteles , Del alma 418b, en G II 375 (DK 31 A 57); F ilópono , Del alma 334, 34, en G II 376 (DK 31 A 57). La luz, para Empédocles, es corporal.

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