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EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA 2 1 1 las criaturas, de su transmutación y de su reintegro a un orden único. Respecto de ellos, Empédocles afirma que constituyen un par inmortal e inengendrado y que no han experimentado un comienzo de su naci­ miento, hablando del siguiente modo: Pues así como antes eran, así también serán, y nunca, creo, el tiempo inconmensurable quedará vacío de este par. ¿Quiénes son ellos? El Odio y la Amistad; pues su generación no tuvo comienzo, sino que eran y siempre serán» 167. Generación y destrucción en «sucesión eterna», en donde hay pre­ dominio «por turnos» 168. Teníamos de comienzo una unidad homogé­ nea en el 'esfero’ y, de pronto, «el Odio comienza a predominar» 169; se inicia así la separación de las cuatro raíces, con lo que se constituye el 'marco cósmico’ adecuado: «Escucha, primero, las cuatro raíces de todas las cosas: Zeus brillante, Hera dadora de vida, Aidoneo y Nestis, que con sus lágrimas hacen brotar la fuente mortal» 170. Nótese que no son 'elementos’, sino 'raíces’. Lo más probable es que Zeus designe al fuego, Hera a la tierra, Aidoneo al aire y Nestis al agua. A partir de aquí la imaginación poética de Empédocles se desparrama. Habrá, pues, «combinaciones y separaciones, pero no legítimas generaciones y des­ trucciones» 171. Tampoco hay, por supuesto vacío: «no hay nada en el Todo que sea vacío o lleno» 172. Las criaturas se componen a partir de los elementos, sugiere el frag­ mento guardado por Simplicio, como se hace la composición de un cua­ dro a partir de las pinturas: «Y como cuando los pintores decoran las ofrendas religiosas —hombres bien diestros en su arte por la comprensión que poseen— ellos, tomando pinturas multicolores en sus manos y mezclándolas con armonía, con un poco más de unas y menos de [otras, ejecutan con ellas figuras que se asemejan a todas las cosas, 167. H ipólito VII 29, en G II 301 (DK 31 B 16). 168. S implicio , Del cielo 293, 18, en G II 302 (DK 31 A 52). 169. S im p lic io , F ís . 1184, 2, en G II 308 (DK 31 B 31). 170. A ecio I 3, 20, en G II313 (DK 31 B 6). El mismo texto de Aeciotra­ duce las 'raíces'; también lo hace H ipólito , Ref. VII 29, en G II 314 (DK 31 A 33). En esa interpretación he seguido a Ernesto La Croce, G II 176. 171. A ecio I 24, 2, en G II325 (DK 31 A 44), cfr. I 30, 1, en GII 324(DK 31 B 8). 172. P s .-A ristóteles , Sobre Meliso, Jenófanes y Gorgias 976b, en G II 326 (DK 31 B 13) y G II 327 (DK 31 B 14).

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