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EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA 195 giado, convirtiéndose en la gran actriz del teatro filosófico. Los mor­ tales tenemos una facultad de pensar que es la que nos va a hacer lle­ gar hasta el fondo de las cosas todas. Será con ella con la que tendre­ mos que mirar ahora al cosmos, para que nos haga Visible’ lo 'invisi­ ble \ Y, precisamente, lo que ella ve es algo que hasta llegar a Parmé* nides no había sido puesto delante de la consideración: lo que es. Los primeros presocráticos creyeron poder adentrarse en el princi­ piar de las cosas todas del universo con la mera reflexión inteligente, pero ahora es razón — la facultad de inteligencia— la que se nos apa­ rece con toda su potencia, y nos preguntamos cómo es posible que an­ tes hubiera sido pura transparencia. Seguiremos en un 'mirar’ pero ya no será un 'mirar-con-los-ojos’, sino un 'mirar-con-los-pensamientos-de- la-razón’, y lo que miraremos ya no será, simplemente, el universo de las cosas, sino 'lo ente’. Si con Heráclito aparecían los problemas a bor­ botones, ahora la problemática es todo un mar. VI Zenón era también de Elea. Platón, además, en su diálogo sobre Parménides, le hizo defensor acérrimo de su maestro. Pero, la verdad sea dicha, aunque en ese diálogo es verdad que Zenón dice admitir su pensamiento, enseguida añade que lo que él se propone es defender las tesis de Parménides exponiendo las consecuencias a las que habría de llegar quien sostenga lo contrario 115. Y ello hasta el punto de que la defensa de su maestro «es puramente dialéctica», como dice Néstor Luis Cordero 118. La originalidad filosófica de Zenón estaría, pues, en esta utilización meramente formal de la dialéctica, que en él no sería más que una simple técnica de discusión, sin orientación propia. Ze­ nón de Elea ha sido llamado «el iniciador de la filosofía erística» 117. Lo suyo sería una suerte de 'gimnasia mental’ conducente a la demos­ tración simultánea de una tesis y de su antítesis. Su aporte sería así «exclusivamente metodológico, pues independizó de su contexto con­ ceptual ciertos procedimientos formales utilizados ya por Parménides 115. Parménides 128a-d, en G II 20, 21 y 25. 116. En la introducción a su edición traducida de los textos de Zenón, G II, 20. 117. G aleno , en G II 32; cfr. 33.

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