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EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA 193 de lo que es haya aquí más y allá menos, porque es del todo inviolable. Por ende, siendo igual desde toda dirección, alza uniformemente sus [límites» 105. ¿Cómo se ha de entender este símil de la esfera? Algunos lo toman tal cual, sin dar importancia al 'semejante’ . El mundo, según éstos, se­ ría un lleno totalmente material, sin vacío, sin ninguna realidad que sea inmaterial. Otros, por el contrario, ven en el símil una mera metá­ fora. Para ellos, Parmenides hablaría de una realidad que no es el mun­ do, totalmente inmaterial e inespacial, siendo lo ente puramente inte­ ligible e inextenso. Alfonso Gómez-Lobo 106 prefiere no llegar en su interpretación a ninguno de esos dos extremos. Lo ente es sólo apren- sible por el pensamiento, por eso es muy improbable pensar que sea material, para Parmenides. Hay connotaciones espaciales que no pare­ cen ser meramente metafóricas, hay direcciones, hay centro, hay dis­ tancias de igual magnitud; en una palabra, hay una determinada ma­ nera de estarse en eso que ahora decimos espacio. Esa esfera, podría significar 'pelota*, como en Homero107, sin que tengamos necesidad, quizá, de hacer mayores identificaciones. Pero, en todo caso, deba de­ jarse de lado la posibilidad de que Parmenides —discípulo de un pita­ górico— haya tenido por debajo una concepción más estrictamente es­ tereométrica. Parece claro que Parmenides niega toda diferencia inter­ na a lo ente, exceptuando la extensión, pues ésta es limitada. Lo ente parece tener propiedades espaciales, pero son propiedades abstractas, sin que quepan diferenciaciones; son propiedades cuasi-geométricas. Na­ da tiene que ver, pues, lo ente parmenídeo con el mundo, con este lu­ gar en el que habitamos. Tampoco se piense, sin embargo, que lo ente conozca o piense. Así resume Gómez-Lobo su interpretación: «Lo ente no es más que el so- 105. Fragmento 8, 4249, Agustín García Calvo tiene una preciosa traduc­ ción del poema —reordenado por él— en Lecturas presocráticas (Madrid 1981); el fragmento está en la página 204. Su traducción dice así: «Mas, como hay un último linde, es cabal y acabado por doquier, semejante a la masa de bienredonda pelota, del centro en todo sentido igualado: pues ello ni debe ser mayor por acá o por acá menos para nada: que ni nada habrá que, sin ser, pararlo pueda en llegarse a lo mismo, ni siendo lo habrá, para hacer que fuera de aquende más de lo que es o allende menor: que es todo sin mengua: pues igual por doquier a sí mismo, lo mismo en su límite reina». 106. A. Gómez-Lobo, o . c ., 142-144 y 146. 107. Odisea 6, 100 y 115.

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