PS_NyG_1987v034n002p0163_0252
EL NACIMIENTO DE LA CIENCIA 1 91 que ella, la diosa, nos ha revelado. Esta es ahora nuestra labor: dar ra zón de lo dicho, explicar y fundamentar que efectivamente sea verdad lo que se ha dicho. Lo que era antes revelación de la diosa queda ya a la consideración de nuestra razón. En el largo fragmento 8 encontramos dos partes94. En la primera se nos caracteriza la vía de la verdad. En la segunda, en cambio, se re ferirán las opiniones, quizá un tanto mejoradas, de los mortales, pero no ya de la diosa. La premisa de la vía de la verdad es muy simple: «que e s » 95, es decir, según la interpretación aceptada, 'existe’ . Hay un sujeto de la investigación: 'lo que es’, 'lo ente\ Si existe, deberá tener una serie de «signos» o atributos, que deberán ser probados a partir de la única premisa. ¿Cuáles son esos atributos? Que lo ente es: ingénito («ysvtjtov), imperecedero (¿víóXsOpov)96 total (oSXov), único o solo en su género (jjloüvoysvéq), inconmovible (áTpejnr¡<;), completo (TéXeaxov)97, todo junto (ófiou mv)98, uno (sv) y continuo o cohesionado (auvs/sq) Luego vienen una larga prueba de que, efectivamente, de la premisa aceptada se siguen esos 'signos’ . No me rece la pena aquí adentrarse en ella. De todas formas sí que nos vamos a fijar en la expresión siguien te: «no fue jamás ni será, pues ahora es todo junto» 10°. Encontramos en ella una afirmación sobre el tiempo, que ha provocado largas dispu tas sobre el ser y el tiempo en Parménides. Consideremos el presente, t0, un instante en el futuro, t + i, y un instante en el pasado, t— i. ¿Lo ente existe en t0, pero no existe en t + i ni en t— x? Lo que exis te, ¿existe en todo momento del tiempo, en t0, en t + i y en t— i? La primera manera de entender la expresión defendería la eternidad intemporal. La segunda, la eternidad transtemporal. En la primera no hay duración; en la segunda, el tiempo y lo ente son coextensivos, no habiendo ningún momento del tiempo en que no haya ente. Alfonso Gómez-Lobo 101 se inclina por la manera primera de entender el texto de Parménides, ya que éste niega todo cambio, y si no hay cambio, no hay tiempo. Es un presente intemporal, «existe ahora» (vuv £ otiv ), como si de una afirmación matemática se tratara. Hay más aún, pues 94. Fragmento- 8, 1-49 y 8, 50-61. 95. Fragmento 8, 2. 96. Fragmento 8, 3. 97. Fragmento 8, 4. 98. Fragmento 8, 5. 99. Fragmento 8, 6. 100. Fragmento 8, 5. 101. A. G ómez -L obo , o. c.t 128.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz