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1 8 2 ALFONSO PEREZ DE LABORDA I V Heráclito y Parménides son otro mundo. Puede parecer curioso que surjan en estas páginas sobre el 'nacimiento de la ciencia’. Y, sin em­ bargo, ocupan un lugar esencial, como vamos a ver. Hasta ahora tenía­ mos delante la 'física’ y las 'matemáticas’. Faltaba algo decisivo, con dos aspectos: quien habla es el lenguaje de la razón y se habla de lo que es. Aquí es donde dieron pasos de gigante nuestros dos filósofos. Su intervención filosófica, una vez más, es decisiva no sólo por lo que dijeron, sino, quizá, sobre todo, por los problemas que plantea esa in­ tervención; por así decir, porque ponen el dedo en dos llagas filosó­ ficas dolorosas. La palabra clave de Heráclito es ésta: razón, ¿Puede extra­ ñarnos que San Hipólito, que murió mártir en Roma en 235-256, sea quien más y mejor nos acerque a Heráclito, quien con más empeño con­ sultara y transcribiera fragmentos del libro del vetustísimo filósofo grie­ go, quien más cuidado pusiera en desentrañar el sentido de esa razón, viendo en la marcha del pensamiento de Heráclito una influencia im­ portante en la forma en que heréticos de su tiempo malcomprendían y malinterpretaban el Verbo cristiano? Es notable y extremadamente curioso que así sea. La obra es, como ya sabemos, una refutación de todas las herejías; Hipólito quiere probar que Noeto de Esmirna y sus discípulos, Epígono y Cleómenes, «creyendo ser discípulos de Cristo, no lo son, sino del Tenebroso» 47. El libro de Heráclito recibe el cómodo y común título de cpóasoK. Agustín García Calvo en su edición crítica 48 atribuye tres tí­ tulos a las tres partes en que se divide: A ó y o ; x s p 1 tu íív tío v (Razónge­ neral o de las cosas todas), Aó^oc TuoXtxtxóc(Razón política o sea de gobiernos y de almas), Aóyoc OeoXofixó«; (Razón teológica o sea de religiones y ultimidades). El párrafo inicial del libro heracliteo dice «Esta razón, siendo ésta siempre como es, pasan los hombres sin en­ tenderla, tanto antes de haberla oído como a lo primero después de 47. H ipólito , Ref. IX 8, según la traducción de Agustín García Calvo. 48. A gustín G arcía C alvo , Razón común. Edición crítica, ordenación, tra­ ducción y comentario de los restos del libro de Heráclito, Madrid 1985. Los fragmentos de Heráclito los citaré siempre por esta magnífica edición con las siglas GC y el número que ella le adscribe, seguido siempre entre paréntesis de la numeración de Diels-Kranz.

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