PS_NyG_1987v034n002p0163_0252

172 ALFONSO PEREZ DE LABORDA mucho más elemental y primario: lo inmenso de la tierra, el vasto He- lesponto, los confines de la tierra y del mar, el pueblo incontable, el profundo sueño, la tiniebla profunda, los lazos inextricables 22. En una palabra, lo más profundo, inescrutable, inabarcable. Lo que se contra­ pone a eso vocablo es rcépac;, límite; Treípaxa, confines. Platón en un raro texto del Timeo23, cuando habla confusamente del 'lugar', del 'sitio’ — ¿del 'espacio’?— , X<í>pa, que es como un re­ gazo materno, un receptáculo que todo lo contiene, en el que todo na­ ce y que es capaz de asemejarse a todas las cosas, tiene en la cabeza algo que se asemeja al infinito de Anaximandro. Simplemente, el infi­ nito de Anaximandro es el todo; nada, absolutamente nada, haya fue­ ra de él. En ese substrato o receptáculo infinito, en el que no hay todavía delimitación ninguna porque nada está separado de nada por una confi­ guración, un límite, una frontera, es en donde se da un comienzo de separación, generándose de él las cosas que tienen contrariedad entre sí. Estaban contenidas en él, claro es, pero fuera de toda diferencia­ ción; nada era distinguible porque nada estaba separado. De esa espe­ cie de sopa amorfa y homogénea es de donde surge cualquier diferen­ ciación, a partir de ahí es de donde «se generan los elementos». Es, pues, algo previo a aquello que denominó Tales como principio o como elemento, es como el regazo o receptáculo previo que dará a luz cual­ quier diferenciación posterior24. Son varias de esta manera las cosas que aparecen como novedad en nuestro horizonte presocrático. Una naturaleza, pues, no lo olvidemos, el todo es siempre para los presocráticos una 'física’, en la que busca­ mos principios o elementos que sean substrato de todas las cosas. Con Tales era un principio material —como la habrá de llamar Aristóte­ les— ; en cambio, con Anaximandro parece ser algo previo a esa ma­ terialidad de lo que ha de ser cada uno de los cuatro elementos, como si fuera un 'lugar-desde-el-que-las-cosas-sean’, llegando ellas a ser por separación de lo que era infinito, todavía más allá de toda diferencia­ ción. El proceso al que desde Tales me estoy refiriendo toma ahora —para utilizar términos aristotélicos— connotaciones de 'mezcla’, pues sólo es separable aquello que antes estaba mezclado, pues Anaximan- 22. Véanse de nuevo las referencias en G I 89-99. 23. Es un largo y complicado pasaje del Timeo 48e-52d. Una pequeña mues­ tra se lee en G I 100. 24. Véase A ristóteles , Física 204b y S im plicio , en G I 103 (DK 12 A 16) y G I 104 y 126. Las comillas están tomadas del fragmento 104.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz