PS_NyG_1987v034n001p0027_0096
94 JESUS ALONSO GUERRERO /. Alfaro podemos responder afirmativamente: «Teniendo presentes las deficiencias que se notaban en su primera obra, el autor ha logrado lo que esta segunda pretendía: en conformidad con el documento del CELAM en Puebla, presentar toda la verdad sobre Jesucristo, precisar y esclarecer sin ambigüedades lo que constituye el núcleo fundamental de la fe cristiana, que toda cristología debe asumir e intentar compren der: Jesús es el Hijo de Dios»138. En la segunda obra, Sobrino ha tratado, además, de precisar la especificidad de la cristología de la liberación. A diferencia de su pri mera obra, en la segunda, Sobrino usa corrientemente las expresiones «cristología de la liberación» y «cristología latinoamericana» alertando, sin embargo, sobre su sentido más descriptivo que técnico. Más aun, trata de desarrollar ciertos contenidos específicos indicados en los mis mos títulos de los capítulos: «significado del Jesús histórico en la cristo logía latinoamericana», «relación de Jesús con los pobres y desclasa- dos», «el resucitado es el crucificado: lectura de la resurrección de Jesús desde los crucificados del mundo», «la fe en el Hijo de Dios desde un pueblo crucificado». El crítico más congruente de la obra sobriniana es el propio Sobri no. En la Introducción a la segunda edición de su Cristología desde Amé rica Latina señala dos deficiencias de su trabajo: un análisis insuficiente de la cristología «popular» y una falta de profundización exegética: «en primer lugar esta cristología está dirigida a un grupo determinado de cristianos, a aquellos que han tomado un compromiso serio en el proceso de liberación. Pero no analiza suficientemente la problemática cristológica de las mayorías. Va dirigida por lo tanto a aquellos cristia nos comprometidos con el pueblo mayoritario, pero no es expresión clara y directa de lo que ese pueblo mayoritario piensa sobre Jesús. El analizar, criticar y encauzar las cristologías populares nos parece una tarea urgente de la teología, pero que no se aborda en este libro. En segundo lugar los textos escriturísticos aducidos necesitan de una ma yor fundamentación exegética, tratándose de una cristología que pre tende basarse en el Jesús histórico»139. A propósito de la exégesis, hay que señalar también que, muchas veces, Sobrino da la impresión de 138. J. A faro , Análisis del libro \Jesús en América L a tin a en Revista Latino americana de Teología 1984, 118-119. 139. CAL XIX.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz