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JESUCRISTO, SALVADOR Y LIBERADOR 93 C onclusión Hemos recorrido con Jon Sobrino las etapas fundamentales de una cristología desde el seguimiento del Jesús histórico, intentando rehacer el camino que condujo a la afirmación de Jesús como Hijo de Dios. Desde un contexto teórico de opresión y represión y desde el contexto teórico de la teología latinoamericana, Sobrino se esfuerza por presen­ tar relacionalmente la obra y la persona de Jesús. A Jesús se le entiende, si se le relaciona con el reino de Dios y con el Dios del reino. La práctica liberadora de Jesús es servicio al reino y obediencia y confianza al Dios del reino, Padre amoroso y misterio inmanipulable. La fidelidad al reino y al Dios del reino conducen a Jesús a la muerte. La cruz es consecuencia histórica de su enfrentamiento con los poderosos y conse­ cuencia teológica del abandono del Padre. La resurrección autentifica la práctica liberadora de Jesús y descubre definitivamente su ser de Hijo eterno del Padre. No es difícil descubrir una evolución en el pensamiento cristológico de Sobrino. Los estadios de tal evolución aparecen claramente repre­ sentados por su dos obras cristológicas más importantes: Cristología desde América Latina y Jesús en América Latina. Sobrino hace un es­ fuerzo de precisión tanto en lo atinente a la pertinencia como en lo atinente a la relevancia. En su segunda obra, Sobrino se propone escla­ recer dudas y contestar preguntas dirigidas a la primera. Pero se propo­ ne también ahondar en la especificidad de la CL. Las principales críticas a la cristología de Sobrino han sido recogi­ das por él mismo del modo siguiente: «existen silencios sobre temas cristológicos que más apuntan a su divinidad; existen imprecisiones y ambigüedades en la presentación de Cristo; sigue existiendo el peligro de que la preeminencia, al nivel metodológico al menos, que se da al Jesús histórico, opaque, tarde o temprano, su dimensión divina y la plenitud de su dimensión humana»137. Sobrino reconoce fundamental­ mente esas críticas y trata de explicarse frente a ellas. Esta labor la efectúa sobre todo en el capítulo I de Jesús en América Latina titulado La verdad sobre Jesucristo. ¿Responde suficientemente Sobrino a las interpelaciones dirigidas a su primera obra cristológica? Con J. Alfaro 137. JAL 37-38. Las críticas y la respuesta de Sobrino a las mismas las hemos presentado anteriormente. Cf. supra p. 84ss.

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