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JESUCRISTO, SALVADOR Y LIBERADOR 91 movió a los creyentes a no poder mencionar sólo a Yahvé para invocar a Dios. A pesar de su monoteísmo, tuvieron que mencionar a Jesús, en quien el Padre se ha acercado definitivamente y quien concreta para nosotros, salvífica y escandalosamente, el misterio del Padre. Tuvieron que mencionar al Espíritu en quien Dios se hace presente como princi­ pio de vida a lo largo de la historia y generando historia»132. Del hecho de que el Dios cristiano sea un Dios trinitario se derivan las siguientes consecuencias : 1) una comprensión teológica de la historia : «En la trinidad el Padre es el origen incomprensible y la unidad origi­ naria; el ‘Verbo’ su palabra dirigida a la historia, y el ‘Espíritu’, la apertura de la historia a la inmediatez de su origen y meta paterna­ les»133. La historia es la aventura en la que Dios apuesta por el triunfo final de la verdad, el amor y la justicia; 2) conocimiento de Dios por afinidad : se conoce a Dios haciéndonos semejantes en el Espíritu al Hijo: «Creer en el Padre significa la entrega confiada y obediente a lo que en Dios hay de misterio absoluto, origen gratuito y futuro biena­ venturado. Creer en el Hijo significa creer que en Jesús se ha acercado y dicho el Padre, que el misterio del Padre es realmente amor... Creer en el Espíritu significa la realización in actu de la entrega al Padre y del proseguimiento de Jesús. La fe es entrega al Dios que se revela; pero como éste es trinitario, la fe tiene también su propia estructura trinita­ ria»134; 3) estructura trinitaria de la salvación : el pecado contra el Padre consiste en autoafírmarse absolutamente haciendo desaparecer el miste­ rio de estar remitido a otro salvíficamente, pero se peca también cuan­ do se exclusiviza y absolutiza la realidad creatural del hombre; los mo­ narquismos políticos y los paternalismos eclesiásticos confunden el libre designio del Padre con la imposición de una voluntad arbitraria y la absolutez del Padre con los despotismos. Porque Jesús es el definitivo acercamiento de Dios a los hombres y de los hombres a Dios, se peca contra el Hijo cuando desaparece lo concreto, histórico, escandaloso y normativo de Jesús en favor de la pura trascendencia o el sentimiento, pero se peca también cuando esto se absolutiza. Entonces aparece la imitación voluntarista, la ley sin espíritu, la secta cerrada. Se peca con­ tra el Espíritu, cuando nos cerramos a la novedad histórica como mani- 132. J. S obrino , Dios , en CFP 255-256. 133. K. R ahner , citado por Sobrino en Dios, en CFP 256. 134. Dios , en CFP 257.

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