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84 JESUS ALONSO GUERRERO La resurrección tiene, por último, una afirmación sobre Cristo que puede formularse en los siguientes términos: «Si Dios ha resucitado a Jesús, entonces ese Jesús está en una peculiar relación con Dios»115. Las diversas cristologías del NT no harán otra cosa que determinar esa especialísima relación. Los pasos principales de esa reflexión cristológi- ca son estos: 1) con la resurrección, Dios confirma el modo de vida de Jesús; 2) al insinuar la idea de que el hijo del hombre no es otro que Jesús, se expresa una relación peculiar de Jesús con Dios desde la pers pectiva de la parusía; 3) si Jesús resucitado de entre los muertos ha sido ensalzado por Dios, Jesús es revelación definitiva de Dios. Aquí, más allá de lo que insinúa el título de hijo del hombre, se da una apertura a la profundización de la relación Jesús-Dios, que culminará en la confesión de que Jesús es el Hijo eterno del Padre; 4) la univer salización del significado de Jesús posibilita el paso a los gentiles y a la primera concepción de la Iglesia como nuevo Pueblo de Dios116. 4. Jesús es el Hijo de Dios La resurrección no es sólo reivindicación de Jesús ante el mundo por parte del Padre, sino desvelación más profunda de la verdad de su persona. La resurrección muestra que el fundamento más profundo de la proexistencia parcial y universal de Jesús es su proexistencia. Un hombre tan totalmente entregado a Dios y a los demás no puede ser simplemente un hombre. Un hombre así tiene que ser también Dios. La reflexión sobre la persona de Jesús se efectúa otorgándole títulos de dignidad y teologizando los acontecimientos de su vida. Los títulos son modelos explicativos tomados del AT y del helenismo. Algunos acentúan la relación con el reino de Dios (hijo del hombre, mesías, profeta), mientras que otros acentúan la relación con el Dios del reino (Hijo de Dios, Logos). Probablemente, la primera reflexión sobre Jesús tomó dos direcciones: relacionarlo con Dios a través de la figura del Hijo del hombre y relacionarlo con el Hijo de Dios ya exaltado. El título de hijo del hombre resalta la peculiaridad de Jesús respecto a la parusía, es decir, el significado futuro de Jesús: «Quizás desde el trans fondo apocalíptico en que se movían los discípulos, la primera forma 115. Ibid. 116. Cf. CAL 289.
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