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74 JESUS ALONSO GUERRERO El enfrentamiento de Jesús con los líderes religiosos de su tiempo muestra la posibilidad de que también la religión pueda convertirse, volens nolens , en un instrumento de dominación. Jesús desenmascaró todo tipo de opresión religiosa y toda justificación religiosa de opresio­ nes no religiosas: «Jesús es condenado por blasfemo. El camino de Jesús a la cruz es un proceso sobre la verdad de Dios: o el Dios de la religión en cuyo nombre se puede someter al hombre o el Dios de Jesús que es predicado como la buena noticia de la liberación del hom­ bre. La cruz de Jesús deja abierta la pregunta por la verdadera esencia de la divinidad»96. La otra razón para condenar a Jesús fue de orden político. Para Jesús, el reino de Dios comportaba una dimensión política, aunque no se redujera únicamente a esa dimensión. La construcción de una nueva manera de relacionarse basada en la fraternidad y en el com-partir tiene repercusiones políticas. Esa construcción comporta, por una parte, en­ trar en conflicto con los causantes de la injusticia y, por otra, la búsque­ da de mediaciones para que la justicia no sea sólo una proclama sino también un programa. El problema de fondo es cuál tipo de poder puede convertirse en mediación de Dios. Para Jesús, el poder reside en la verdad y el amor, no en la dominación. Jesús destruye la dialéctica amigo-enemigo y no llama a la violencia sino al perdón: «Jesús es con­ denado como agitador político. El camino de Jesús a la cruz es un pro­ ceso sobre el verdadero poder que media a Dios: o el poder del imperio romano y también de los zelotas o el poder de Jesús. Este es el del amor situado y en este sentido es un amor ‘político’, no idealista. Desde la cruz se agudiza la pregunta por la verdadera esencia del poder»97. Jesús fue asesinado «en nombre de Dios». Tanto Pilato (indirecta­ mente) como el sanedrín (directamente) invocan a la divinidad para deshacerse de Jesús. La muerte de Jesús es el desenlace del conflicto entre el verdadero Dios y los falsos dioses y sus respectivos mediadores (Jesús y los jefes religiosos y políticos) y mediaciones (el reino de Dios y la teocracia que giraba alrededor del templo y la pax romana). En el juicio político, la divinidad que se invoca para dar muerte a Jesús es la del César: «En el juicio ante Pilatos aparece en directo la alternativa entre dos personas, dos mediadores, Jesús y Pilatos. Al nivel 96. CAL 152. 97. CAL 156.

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