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JESUCRISTO, SALVADOR Y LIBERADOR 55 «Dios es en cuanto reina, es decir, en cuanto libera y crea solidaridad humana. El acceso a Dios sólo es posible en una praxis liberadora según el seguimiento de Jesús»52. La exigencia más específica de Jesús es la exigencia a seguirlo. Jesús llamó a diferentes personas a seguirlo en comunión de vida, misión y destino. Su llamada es autoritativa, incondicional y tajante (Me 1, 17 y par.; Me 2, 14 y par.). Tanto la llamada como la respuesta a ella tienen un carácter absoluto, fundado en la absolutez de Dios. El seguidor debe romper con obligaciones religiosas tradicionales (enterrar a los muertos, por ejemplo). Debe renunciar a su familia y a sus posesiones. Al rico se le exige que deje de ser rico repartiendo lo que tiene a los pobres (caso del joven rico) o, mejor dicho, devolviendo lo robado a los pobres (caso de Zaqueo). El seguidor debe estar dispuesto, inclusi­ ve, a renunciar al matrimonio. Se trata de rendirse incondicionalmente a las exigencias de Jesús, de una entrega total. El seguimiento implica una relación personal con Jesús y un dispo­ nerse a ser enviado por Jesús y en lugar de Jesús. Existe estrecha rela­ ción entre llamada y misión. Jesús llama para enviar. El seguimiento está en función del reino: «El seguimiento es ponerse como Jesús al servicio del reino, anunciando su cercanía y poniendo los signos de esa cercanía (cf. Me 3, 13ss; 6, 7-8, 12s par.). El seguimiento es una prácti­ ca salvífica y liberadora, que formalmente mira en primer lugar a la salvación de otros; es un ‘imitar’ a Jesús en lo que éste tiene de salva­ dor, y de esa forma —dicho sistemáticamente— reproducir la misma realidad de Dios, que desde Jesús se manifiesta inequívocamente como salvífica»53. El seguimiento comporta una amistad íntima y profunda con Jesús. Jesús llama a sus discípulos para «estar con él», participar en sus pruebas y cargar con la cruz. El verdadero discípulo con-vive y co-participa con Jesús: «La llamada es también para asemejarse a Jesús ; el seguimiento es participación en el modo de vida y destino de Jesús»54. Para entender integralmente la figura del Jesús histórico, se deben distinguir en su vida dos etapas estructuralmente distintas: una que va desde los inicios de su vida pública hasta la crisis de Galilea y otra que va desde la crisis de Galilea hasta la muerte. Jesús abandona Galilea 52. CAL 44-45. 53. J. S obrino , Seguimiento , en CFP 939. 54. Ibid.

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