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JESUCRISTO, SALVADOR Y LIBERADOR 49 4. La práctica de Jesús La CL parte del Jesús histórico para acceder al Cristo total. Pero, ¿qué entender exactamente por histórico? Es necesario definir teórica mente lo que se entiende por histórico al hablar del Jesús histórico. No se trata de lo fáctico, de lo geográficamente localizable o lo temporal mente datable, como si se quisiera reconstruir una biografía de Jesús. Tampoco se trata de llegar hasta las ipsisima verba o los ipsisima facta Jesu como lo sugieren ciertos exegetas. Se trata de remontarse a la praxis de Jesús, esto es, hasta su actividad para operar activamente sobre su realidad circundante y transformarla en la dirección del reino de Dios. Esta práctica supone hechos y actividades reales, aunque su determinación concreta por parte de la exégesis no sea tarea fácil. Está constituida por acontecimientos, actitudes y comportamientos y una cierta periodización: «Aquí se presupone como acaecido y real a nivel de acontecimientos: el bautismo de Juan, la elección y envío de un grupo de seguidores, la actividad de predicación y el uso de las parábo las, la ida a Jerusalén, algún tipo de cena con los discípulos, el prendi miento, crucifixión y letrero en la cruz; a nivel de actitudes y comporta mientos: ciertas actitudes críticas hacia la ley judía y el templo, actitudes sociales positivas hacia los marginados, pecadores y oprimidos, y crítica hacia los detentores del poder, ciertas exigencias morales, la conversión y el seguimiento, una específica relación con Dios como Padre. Se pre supone también una mínima periodización de su práctica: un inicial éxito y también un conflicto, una crisis hacia la mitad o final de su vida y un destino final de discontinuidad con su primera visión y misión»41. Para evitar la posible atomización de esos datos, se requieren conteni dos que los doten de organicidad. Esos contenidos corresponden a tres realidades de alta densidad teológica históricamente indudables: el rei no de Dios, el Dios del reino y la muerte de Jesús. 4.1. Los milagros La actividad liberadora de Jesús se ejercita, en primer lugar, en sus milagros y exorcismos. El milagro no es mera verificación de la palabra ni principalmente demostración de la persona de Jesús, sino mostración 41. Jesús de Nazaret, en CFT 484. Subrayado nuestro.
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