PS_NyG_1987v034n001p0027_0096

46 JESUS ALONSO GUERRERO el problema de la divinidad de Cristo, como si ya se conociese exacta­ mente en qué consiste la divinidad y se pudieran aplicar a Jesús los criterios de esa divinidad ya conocida. Más bien se pretende una con­ cepción relacional de la divinidad de Cristo, precisamente como Hijo, como aquel que es camino al Padre, con la implicación obvia pero fundamental de que Jesús en cuanto ‘camino’ es accesible fundamental­ mente en el seguir ese mismo camino»36. Jesús se concibió a sí mismo relacionalmente, es decir, en relación a algo diferente a él. Jesús no se concibió a sí mismo como lo absoluta­ mente último. Lo último para Jesús tampoco era Dios simplemente, sino Dios concebido también relacionalmente, es decir, Dios referido a otra cosa: Dios y el reino, Dios y su voluntad, Dios y su paternidad. Esta concepción relacional que tiene Jesús de Dios se explica porque él hereda las tradiciones israelíticas para las cuales Dios no es Dios-en-sí- mismo sino Dios-en-relación con la historia. Según el AT, Dios es un Dios que escucha el clamor de su pueblo oprimido y hace una alianza amorosa con él (tradiciones del Exodo), Dios es el Dios que quiere implantar la justicia y el derecho en la tierra (tradiciones proféticas), Dios quiere renovar la realidad escatológicamente (tradiciones apoca­ lípticas), Dios cuida de sus criaturas (tradiciones sapienciales) y, a me­ nudo, guarda silencio ante la miseria y el pecado del mundo. Jesús recibe creativamente esta concepción de Dios. Lo último para Jesús no es tampoco la Iglesia o el cielo. La Iglesia está en función del reino y la expresión «reino de los cielos» que utiliza Mateo no es sino un circun­ loquio para evitar respetuosamente la palabra Dios. La realidad verdaderamente última para Jesús, lo distinto y mayor que él mismo y que da sentido a su vida, actividad y destino es el reino de Dios. Reino de Dios es la expresión que resume las expectativas y esperanzas de Israel. En su expresión original hebrea (malkuta Jahvé) tiene una doble significación: 1) el regir de Dios in actu y 2) el reinado de Dios es para modificar y establecer un determinado orden de cosas. El reino de Dios es reinado de Dios para hacer desaparecer un mundo viejo e inaugurar un mundo nuevo. La doble significación aparece cla­ ramente en el Salmo 93, 13: «Ya llega a regir la tierra; regirá el orbe con justicia y a los pueblos con fidelidad». El reinado de Dios no es un concepto espacial o estático, sino una realidad dinámica: designa 36. CAL 45.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz