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2 8 JESUS ALFONSO GUERRERO durante tres años a Monseñor Romero. Lo vi por primera vez en Agüi­ tares, la noche en que asesinaron al P. Rutilio Grande, S.J. Una semana antes de su martirio hablé con él por última vez, transmitiéndole la solidaridad de los participantes del IV Congreso Internacional Ecuméni­ co de Teología, celebrado en Sao Paulo. Recuerdo con gratitud su amis­ tad, el impacto de su fe y la inspiración para la reflexión teológica»1. Jon Sobrino elabora su cristología para dar lucidez y estimular a los cristianos que han hecho suyas las angustias y esperanzas de los pobres. Por ello, presenta la figura de un Jesús de los pobres que defiende su causa y asume su destino muriendo a manos de los poderosos pero resucitando para mostrar que tenía razón en lo que decía y hacía y para descubrir definitivamente su ser de Hijo de Dios. Nacido en la Vasconia (España) el 27 de diciembre de 1938, Jon Sobrino entra en la Compañía de Jesús en 1956 y se ordena sacerdote en 1969. Desde 1957 pertenece a la Provincia de América Central y reside habitualmente en El Salvador donde se ha nacionalizado. Licenciado en Filosofía y Letras y master en Ingeniería, se doctoró en teología en la Huchschule Sankt Georgen de Frankfur/M en el año 1975 con una tesis sobre las cristologías de W. Pannenberg y J. Moltmann. El título de nuestro trabajo «Jesucristo Salvador y Liberador» no quiere defender ni atacar a nadie, sino simplemente condensar el inten­ to de Sobrino de construir una cristología que sea, a la vez, pertinente y relevante. Si el término «Liberador» incluye la dimensión trascenden­ te de la salvación, bastaría llamar a Jesucristo «El Liberador». Si el término «Salvador» incluye la liberación histórica, bastaría llamar a Je­ sucristo «El Salvador». Pero como esto no siempre sucede, preferimos designar a Jesucristo con los dos términos. Al respecto ha señalado Clodovis Boff que «Jesús es salvador y liberador al mismo tiempo, ya que se trata de la misma cosa, pero de modo diverso, o sea, situándola en dos órdenes distintos, aunque inseparables. El orden de la salvación tiene vigencia en el corazón de la liberación. Y el orden de la liberación está todo por completo en el interior del plan de la salvación»2. 1. Monseñor Romero Mártir de la liberación, Madrid 1980, 5. 2. L. BOFF-C. Boff, Libertad, y Liberación , Salamanca 1982, 147. Para realizar nuestro trabajo hemos consultado los siguientes escritos de J. Sobrino: Libros Cristología desde América Latina (CAL), Centro de Reflexión Teológica, México 1977. Jesús en América Latina (JAL), Sal Terrae, Santander 1982.

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