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La reforma de los estudios filosófi­ cos en España bajo Carlos III Humanidades, filosofía y derecho en el «modelo» de los Reales Estudios de San Isidro Preámbulo o La renovación ilustrada de la enseñanza en general, y de la filosófica en particular, no aparece en ningún establecimiento con tanta claridad, consecuencia, éxito y resultados como en lo que su primer director denominaba la «radical reforma, o Nueva Planta» de los estudios del antiguo Colegio Imperial, de Madrid. Creado en 1625 por Felipe IV y confiado a la Compañía de Jesús, ofrecía, con la desaparición de ésta, el terreno ideal para imponer una reforma completa desde arriba. A diferencia de las viejas universidades castellanas, donde la plantilla mayoritaria de un profesorado conserva­ dor se resistía siempre a las innovaciones, podía el gobierno plasmar en san Isidro sus ideas sin la menor oposición y depositar los gérmenes de una «universitas» nueva en tierras vírgenes. Podía reclutar los maestros que secundaran sus planes y, volcando el mecenazgo regio sobre una institución de vanguardia, dotarla de los medios más modernos en cuanto a bibliotecas o laboratorios. Además, los Reales Estudios po­ drían ser, de cara al extranjero, la ejecutoria de un régimen ante la élite iluminista continental. Para nuestra investigación, tienen los restaurados Estudios de San Isidro el Real, además, el particular y peculiar interés de que se con­ virtieron pronto en el árbitro nacional de lo «bueno y lo malo» en materia de textos y docencia filosófica. Profesores de San Isidro fueron los primeros jueces de la obra filosófica deVillalpando, entre los pape­ les del director pasó años, poco menos que olvidado, el célebre curso

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