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522 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN tenemos también el criterio para comprobar la pretensión de verdad de esta última, pues en este contexto para que una filosofía sea ver­ dadera en el sentido hegeliano es necesario que supere las estructuras de reflexión que hacen unilateral y no-verdadera a una filosofía. La filosofía especulativa es por de pronto la que supera las unilaterali- dades de la filosofía de la reflexión, puesto que su saber toma como principio la unidad originaria de ellas4. Asimismo, en tanto que He­ gel somete su filosofía a este criterio, tendrán que conducir la ex­ posición sistemática del pensamiento de manera que en ningún caso se reduzca a las estructuras de la reflexión. Ello determina el sentido profundo de la interpretación de las filosofías que aborda, a la vez que nos hace considerar la orientación implícita de su crítica hacia una comprensión más válida de la idea de la filosofía. En este punto conviene hacer algunas observaciones sobre el sig­ nificado de la crítica como forma de explicación filosófica. De su legi­ timación se ocupa Hegel en el ensayo Sobre la esencia de la crítica filosófica. La crítica filosófica es esencialmente filosofía. La funda- mentación de esta tesis consiste en que si la crítica aspira a la pre­ tensión de una validez objetiva, tiene que estar en condiciones de probar su conexión interna con la filosofía y su función positiva den­ tro de ella. «Cualquiera que sea el arte o la ciencia en que se formule, la crítica exige una medida, que sea independiente tanto del que en­ juicia como de lo enjuiciado, que no haya sido sacada de la manifes­ tación individual ni de la particularidad del sujeto, sino del modelo originario eterno e inmutable de la cosa» (WK, 117). La cosa es aquí la filosofía, luego si la crítica es filosófica, sólo puede orientarse por la filosofía misma, más exactamente, por su idea: «la propia idea de la filosofía constituye la condición y el presupuesto, sin los cuales aquélla [la crítica] no habría hecho otra cosa en toda la eternidad que contraponer subjetividades a subjetividades, pero nunca lo absoluto a lo condicionado» (ibid.). Consiguientemente, la crítica filosófica su­ pone la filosofía, pero ésta supone a su vez la crítica filosófica, en cuanto que pone a disposición de aquélla el material de construcción de la época. A partir de este círculo entre filosofía y crítica filosófica5 es claro que, lejos de proporcionar una apreciación histórica con los medios de una polémica subjetiva, compete a la crítica una tarea es- 4. Cf. R. P. H orstmann , Hegels Vorphänomenologische Entwürfe zu einer Philoso­ phie der Subjektivität in Beziehung auf die Kritik an den Prinzipien der Reflexionsphilo­ sophie, Heidelgerg 1968, 16s. 5. Cf. W. Ch. Z im m erli , Die Frage nach der Philosophie, Bonn 1974, 228s.

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