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EL CONCEPTO DE SABER EN LA PRIMERA. 541 En segundo lugar, porque reduce la razón a la facultad de percibir relaciones y analizar los hechos de conciencia y su certeza inmediata, pretensión que encuentra realizada en el escepticismo de Schulze y tácitamente asumida por «el sano sentido común». Uno de los rasgos que Jacobi comparte con estas posiciones es precisamente el dogmatis­ mo: «Pues la esencia del dogmatismo consiste en poner como absoluto algo finito, afectado por una contraposición (por ejemplo, el puro su­ jeto o el puro objeto, o, en el dualismo, la dualidad frente a la iden­ tidad). Pero la razón pone de manifiesto que este absoluto tiene una referencia a lo por él excluido y que es únicamente por y en esta referencia a lo otro que por consiguiente no es absoluto» (VSk, 219). Jacobi concibe la razón desde una perspectiva meramente formal, como razón analítica que se aplica a los hechos de conciencia, lo cual, desde otro punto de vista, significa que su tarea consiste en separar lo uni­ versal de lo particular, quedándose en una identidad vacía, en una uni­ versalidad que no sólo se opone a la identidad absoluta, sino también a lo particular. El conocimiento por la fe proporciona un saber de lo particular fuera del concepto y nos retrotrae a la concepción del saber como «una conciencia de particularidades y peculiaridades» (GuW, 385, cf. 362, 375). No hay duda de que bajo este aspecto Jacobi se aparta por completo de lo que para Hegel es ya en esta época una característica constitutiva de la cientificidad del saber: su articulación sistemática en una totalidad de conocimientos (cf. por ejemplo, KSk, 233 y Diff, 19, 30, 82). Por eso justamente, la primera mención de Jacobi aparece en el contexto de lo que representa asimismo la pri­ mera aproximación de Hegel a una caracterización sistemática de la filosofía. «A la expresión de Jacobi, de que los sistemas son «un no- saber organizado» (Werke II, 29), basta argüir que el no-saber —el saber de sujetos singulares— por el hecho de organizarse deviene "sa­ ber” » (Diff, 71). En tercer lugar, este saber de lo particular fuera del concepto supone un retroceso frente al carácter objetivo y sistemático de la filo­ sofía kantiana y, sobre todo, expresa más concretamente la peculiari­ dad de la reflexión de la subjetividad en Jacobi. Porque la subjetividad se decanta como un autosentimiento espiritualizante, en virtud del cual se combate el racionalismo y el pensar abstracto. Se trata, ciertamente, de un esfuerzo por elevar la reflexión por encima de sí misma y, según esta consideración, de un esfuerzo especulativo, pero tal espiritualidad carece, según Hegel, de logicidad (cf. GuW, 360s). Cabe decir que el lenguaje especulativo de Jacobi no es palabra científicamente articula-

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