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538 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN Pero el entendimiento arquetipo es para Kant sólo una idea pensa- ble, pero vacía, con el significado negativo de un entendimiento no- discursivo, idea necesaria, pero problemática y ajena a nuestra capaci­ dad cognoscitiva (cf. KU § 77). Hegel opina que concibiendo esta idea Kant ha llevado a cabo una doble «experiencia del pensar», una con­ cerniente al entendimiento discursivo, donde posibilidad y realidad se separan, otra concerniente al entendimiento intuitivo, donde son idénticas. Hegel ve en el primero la manifestación fenoménica del segundo y critica a Kant haberse atenido al fenómeno y haber despre­ ciado la necesidad de pensar lo racional (cf. GuW, 341). Si bien Kant ha visto en la belleza la inteligibilidad de la naturaleza y ha puesto en el entendimiento el comienzo de la idea de la razón, por otro lado ha ocultado esta idea, elevando la reflexión y el conocer finito por en­ cima de ella (cf. GuW, 343). La misma unidad de la autoconciencia tiene un carácter formal, por cuanto deja fuera una indescibrable diver­ sidad empírica, que se llama experiencia, a la que se opone al deter­ minarla y reflexionar sobre ella. Dentro de esta oposición, sólo cabe la relación incompleta entre el devenir-determinado ( Bestimmtwerden) de la diversidad informe y el devenir-plenificado ( Erfülltwerden) de la unidad vacía. Así, dado que la oposición se mantiene como tal en el seno del saber, los opuestos deben valer para el saber mismo como un absoluto, que es puesto en la irracionalidad de la fe, donde debe tener lugar «el devenir-aniquilado de ambos y de su finitud». Ello supone, por una parte, admitir que lo finito debe ser superado, pero no conlleva una efectiva y verdadera aniquilación. Por otra parte, se trata de una fe vacía porque su contenido, que habría de ser la iden­ tidad absoluta de la oposición, debe mantenerse fuera de la fe. Este contenido, pensado en términos positivos, es la irracionalidad de la fe, por cuanto es la idea de la razón como un más allá absoluto (cf. GuW, 344, 336). El idealismo crítico «se queda sin más en la oposición y hace de la identidad de la oposición el fin (Ende) absoluto de la filosofía» (GuW, 325). Efectivamente, Kant reconoce que el paso a la fe racio­ nal viene posibilitado por la limitación del saber (cf. KrV, B XXX ). Kant ha considerado los opuestos críticamente, sin haberlos superado dialécticamente mediante su aniquilación. La identidad absoluta es así desplazada más allá del saber, en una dimensión que señala el fin de la filosofía, tal como Hegel ya lo había vislumbrado en el Fragmento de Sistema para toda filosofía que separa el pensamiento de lo pensado y cristaliza tal separación en la oposición finito-infinito (cf. Nohl, 348s).

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