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520 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN cuyo conocimiento constituye «su único saber»2. Por de pronto, hay que advertir que esta caracterización del saber filosófico cuya única idea es «el ser-superado absoluto de la oposición» supone una precisión ulterior con respecto a la primera definición del saber como «identidad consciente de lo finito y de la infinitud» (Diff. 18). En efecto, el logro de esta identidad consciente exigía el desarrollo de un pensamiento que hiciera comprensible la unidad de lo finito y lo infinito y, por lo tanto, superara su oposición, pero este superar no era todavía el ser- superado de la misma. Igualmente, Hegel es más explícito en relación a la tarea de la filosofía, cuyo objetivo más próximo no consiste ya solamente en suprimir la fijeza de las determinaciones conceptuales del entendimiento y su pretensión de validez, sino en resolver defi­ nitivamente las oposiciones, poniendo fin a las mismas. El significado y alcance de esta nueva formulación se irá precisando mediante el análisis temático de Creer y Saber, bajo el punto de vista del desarrollo del método del conocimiento filosófico y con ello de la metafísica absoluta. Esta perspectva se justifica por cuanto el desarrollo del método constituye a la vez el proceso de formación del sistema. Tal proceso es descrito en la Diferencia como la actividad de la razón que con los materiales de construcción de la época se organiza una figura, esto es, los transforma en contenido racional (Diff. 12). Ello supone que en la elaboración de un sistema filosófico se han de tomar en cuenta los materiales filosóficos disponibles. El principio esencial de la filo­ sofía de Hegel, la relación intrínseca de método y contenido, tendría pues este significado inicial y lo que se discute bajo los epígrafes de Kant, Jacobi y Fichte explícita tanto un desarrollo temático como el método del pensar dialéctico. Por otro lado, la problemática de Creer y Saber está a su vez en relación con la función crítica que Hegel asigna a la filosofía, según veremos en seguida. La discusión de las filosofías de su tiempo forma parte de la tarea de «resolver las oposiciones». Hegel asume esta tarea mediante la crítica de las filosofías de Kant, Jacobi y Fichte, conside­ rándolas bajo el aspecto unitario de la reflexión y de la subjetividad. 2. «La tarea de la verdadera filosofía es resolver, terminándolas, las oposiciones que se presentan y se conciben ya como espíritu y mundo, cuerpo y alma, ya como yo y naturaleza, etc.», «su única idea que tiene para ella realidad y verdadera objetividad es el ser-superado absoluto de la oposición, y esta identidad absoluta no es un postulado universal subjetivo, irrealizable —sino la única realidad verdadera— y el conocer de la misma no es un creer, e.d., un más allá para el saber, sino su único saber» (GuW, 325).

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