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EL CONCEPTO DE SABER EN LA PRIMERA. 537 cipio de la identidad de los conceptos de naturaleza y libertad en que se expone la inteligibilidad de la naturaleza bella. Esta consideración de la belleza como unidad concordante de in­ tuición y concepto, de naturaleza y libertad, recuerda sobremanera las reflexiones de Hegel en Frankfurt sobre el significado ontològico de la belleza, en cuanto manifestación entitativa de la verdad del "Ev xa! xctv, a la vez que nos remite a la influencia de Hölderlin en aquella época. Lo más interesante del planteamiento kantiano en el marco de esta interpretación se refiere al aspecto objetivo del juicio teleologico, que reflexiona sobre la naturaleza orgánica, donde lo racional viene expre­ sado en la idea de un entendimiento intuitivo, en el cual posibilidad y realidad, que el entendimiento humano debe separar necesariamente, no pueden ser distinguidas, intuición y concepto se dan juntos y la posibilidad de las partes, según su constitución y enlace, depende del todo (cf. KU § 76, 77). De esta idea es posible afirmar la identidad con la imaginación trascendental, que ya vimos es considerada por Hegel como «la razón sumida en la diferencia»: «la idea de este entendimiento intuitivo, arquetipo, no es en el fondo otra que la misma idea de la imaginación trascendental que hemos considerado antes; pues es actividad intuitiva y al mismo tiempo su unidad interna no es en modo alguno distinta de la unidad del entendimiento mismo, la categoría inmersa en la extensión, que deviene entendimiento y categoría sólo en la medida en que se separa de la extensión; la ima­ ginación trascendental es en efecto el propio entendimiento intuitivo» (GuW, 341). Esta equiparación representa una profundización de la noción de entendimiento y su relación con el fenómeno 14, sacándolo de su aislamiento como parte de la facultad humana de conocer. La idea de un entendimiento que no es puramente formal pertenece al aspecto especulativo de la filosofía kantiana y en este sentido Hegel lo califica de «medio absoluto» (GuW, 335), por cuanto en él lo a priori y lo a posteriori dejan de estar absolutamente contrapuestos. Cabe decir que así como Kant ha puesto en la forma de la imaginación trascendental la verdadera aprioridad, ha puesto en el entendimiento «el comienzo de la idea de la razón» (GuW, 334) en orden al proble­ ma de la unidad concepto-intuición, sujeto-objeto y, en general, la identidad de los opuestos. 14. Cf. V. V errà , Immaginazione ..., 82.

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