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534 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN luto lo subjetivo, excluyendo lo objetivo, deja de ser absoluto— se interpreta como una recaída en la filosofía de la reflexión de la subje­ tividad, después de que Kant había encontrado una verdadera idea especulativa en la imaginación productiva. La legitimación del enten­ dimiento como la instancia superior del conocimiento válido no es otra cosa que la absolutización del conocer finito, ya que «el entendimiento expresa el principio de la oposición y la abstracción de la finitud» (GuW, 334, cf. 3279), siéndole inherente que tal finitud intelectiva constituya en el hombre un absoluto. Para Hegel, conocer finito y cono­ cer infinito no están absolutamente contrapuestos entre sí, sino que representan dos estadios del conocimiento de lo absoluto, articulados a través de la reflexión y la especulación en la construcción de lo abso­ luto para la conciencia 13. Pero el conocer se convierte en conocer finito por la abstracción «de la identidad absoluta de aquello que en el cono­ cimiento racional está relacionado o equiparado entre sí» (Ros. 190). Abstraer de la identidad absoluta significa separar cada uno de los términos y considerarlos sólo para sí y ésta es la actividad propia del entendimiento, que el idealismo crítico admite como «algo positivo y absoluto». El propio entendimiento a priori deviene así, en general, a poste- riori, ya que la aposterioridad no es sino la contraposición y así se llega a un concepto formal de razón, que es el de ser a priori y a pos- teriori, idéntica y no idéntica (cf. GuW, 333s), en una unidad que no se eleva por encima del principio intelectivo y del contenido lógico expresado en el juicio sintético a priori: el conocimiento de la mera manifestación de la identidad absoluta. La razón es depurada, en la «Dialéctica trascendental», hasta quedar reducida a la unidad vacía del concepto puro de la infinitud contrapuesta a la finitud y así, mien­ tras el entendimiento es la unidad de una experiencia posible, la razón es la abstracción del contenido que la actividad subjetiva de unir tiene en su relación con lo empírico (cf. GuW, 335s). Por ello, lejos de cumplirse la «annihilation» del entendimiento por la actividad racional, es éste quien domina. Su esfera de conocimiento permanece, en con­ secuencia, ajena al conocer infinito. Desde este momento, Kant introduce la antinomia como el nece­ sario «conflicto de las leyes de la razón pura» (KrV A407). Más con- 13. Sobre este particular, cf. especialmente, H. K im m erle, Das Problem der abges- chlossenheit des Denketis, Bonn 1970, 22-30; J. H. T red e, Hegels frühe Logik. Versuch einer systematischen Kekonstruktion en HegelStudien 7 (1972) 127-46; K . D ü sin g , Spe- kulation und Reflexión, en Hegel-Studien 5 (1969) 95-128.

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