PS_NyG_1986v033n003p0519_0555

530 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN contradistingue de lo analítico en los juicios, estamos ante una dife­ rencia de contenido. En cambio, la unidad sintética de la apercepción es principio de todos los juicios, analíticos y sintéticos, puesto que es aquélla por la cual toda la diversidad de la intuición, en cuanto com­ binable en una conciencia, se unifica bajo un concepto de objeto. En este aspecto, lo sintético hace referencia a la unidad lógica pensada en los juicios. La unidad sintética de la conciencia escondición obje­ tiva de todo conocimiento, puesto que se requiere para la unificación de representaciones. La unidad trascendental de la conciencia, consis­ tente en la unificación de lo dado y posible sólo mediante la conciencia de una síntesis, es la unidad de la apercepción, originaria y sintética (cf. KrV, B133ss, 137), lo cual no indica una identidad originaria de lo universal y lo particular. Hegel continúa desarrollando su concepción del juicio como divi­ sión originaria ( Ur-Teilung ), que ya había expuesto en los fragmentos de Frankfurt. La unidad originariamente sintética de la apercepción trascendental — y «trascendental» se llamó en la Diferencia a la in­ tuición y la unificación donde la oposición está superada (cf. Diff, 28, 38)— es principio de los juicios en cuanto que por su bilateralidad (cf. GuW, 329, 372) constitutiva se desdoblan a partir de ella lo particular y lo universal como sujeto y predicado. Por ello, no se trata de un principio de unión de lo separado, sino de un principio que posibilita la división, ya que la heterogeneidad es vista como surgiendo de la identidad. La identidad originaria de los opuestos está radicada en la razón, como unidad fundamentante que los comprende dentro de sí (cf. por ejemplo, Diff, 14, 92). Por consiguiente el juicio, que corresponde al uso lógico del entendimiento, no expresa según Hegel la identidad absoluta, no la conoce. En el juicio se hace patente la identidad oculta en la diversidad sensible bajo la forma de concepto — el sujeto, o lo particular— pero la verdadera identidad, «la identidad racional de la identidad, como identidad de lo universal y de lo particular» que es condición de posibilidad del juicio mismo, permanece en él incons­ ciente «y el juicio mismo es sólo manifestación de aquélla» (GuW, 329). El juicio es mera manifestación fenoménica de la identidad abso­ luta, ya que corresponde a la esfera de la reflexión o de la conciencia finita. Por ello, la cópula no expresa el ser-uno del sujeto y del pre­ dicado, que para Hegel es «lo racional», sino sólo el contenido lógico del producto de la oposición. «Lo racional, o como Kant se expresa, lo a priori de este juicio, la identidad absoluta como concepto medio

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz