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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 509 Una dialéctica, pues se rompe con el principio de no contradicción, en orden a dar razón del devenir. Fenomenológicamente, la filosofía de E. Nicol se funda en una evidencia: Hay Ser. Y esta verdad primaria no sólo ha de serlo jerár­ quicamente, sino también en el orden del conocimiento, convirtiéndose el Ser en el primum cognitum para la experiencia común y precientífica de todo hombre. El Ser es presencia y apariencia, sin otros estratos ocultos y más verdaderos que la apariencia. Se halla en el concreto de los entes, ya que es el único punto donde el Ser puede ser visto y encontrado. Los entes no se identifican con el Ser, pero son Ser. Y, de aquí, por un lado, el devenir dialéctico y la lucha de los entes y, por otro, la armonía y compatibilidad de todos los entes en el Ser 277. Fenomenología y dialéctica positivas que parten de los hechos y cuyo fundamento es el Ser, la presencia eterna de un absoluto que no tiene contrario. Este punto de partida nos presentaría una visión Este mismo sentido tienen sus palabras cuando habla de que la fenomenología no puede ser cartesiana, porque el discurso del método no puede poner en entredicho el Ser (Cf. ME 174ss; me 98s). No hay duda de que, si la filosofía se torna verdaderamente fenomenológica, se enri­ quece. Creo que es en este sentido como habría que interpretar los propósitos de E. Nicol de «retornar a los hechos», de «la marcha hacia lo concreto», camino olvidado por la filosofía hasta épocas recientes. Bergson habría sido un hito fundamental en tal retorno. E. Nicol escribe así comentando su filosofía: «El mundo es demasiado rico y profuso para ser exacto, y el concepto matemático del mundo es la más pobre de las inexactitudes. Si la filosofía logra eximirse del afán de exactitud que se le contagió de la ciencia, si no pretende ya ser ella misma una ciencia, la filosofía estará en el camino de recuperar el sentido de la riqueza del mundo y del sabor de la vida; podrá hablar del mundo sin renunciar a él, expresándolo como lo expresa el artista, el cual no renuncia a lo expre­ sado, sino que tiene que gozarlo antes de decir nada. Este camino nuevo de la filosofía será el camino hacia lo concreto» (VH 103). Que las dos características más importantes de su nuevo método filosófico sean la dimensión fenomenológica y la dialéctica, es patente si se tiene en cuenta que en CRS, al hablar del Discurso del método quedan en segundo plano otras características (como histórico, hermenéutico) para hablar, sobre todo, de Fenomenología (pp. 153-179) y Dia­ léctica (pp. 180-219). 277. La unidad y la pluralidad sería otro modo de plantear el tema del Ser, según E. Nicol. La afirmación de la unidad de los existentes dentro de la pluralidad sería una conquista de la filosofía. En la unidad se manifiesta la existencia de un orden. La unidad en la pluralidad no es una intuición primaria. El hecho primero es la unidad irracional, la indistinción. Posteriormente, la razón forma la multiplicidad individual y, luego, viene la búsqueda y el descubrimiento de la unidad. En nuestra experiencia primera, junto con el dato de la diversidad y el cambio, se da, también, otro dato no menos primario que es el de un orden, que no es creado por la razón sino que existe ya en sí. Ni ahora ni en la primera reflexión humana sobre su alrededor fue un dato primario de experiencia el caos. En la unidad, los seres distintos e individualizados encuentran su concordancia. Para todo este tema puede verse IH 199-200; ih 249ss; HE 23ss.

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