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EL HOMBRE Y LA HISTORIA DE EDUARDO NICOL 489 Después de esta clasificación que hemos analizado, E. Nicol estudia las situaciones vitales en relación con el destino, el carácter y el azar211. No se trata de una división o clasificación, sino de la presencia de esos principios cualificando las situaciones vitales. Aunque, «más bien cabe decir que la existencia toda es una literal complicación de forzosidades, casualidades e iniciativas, y que no hay situación en la que no puedan discernirse, entremezclados, los tres factores» 212. Azar, destino y carácter son factores de la acción. Y en esta dimen­ sión son estudiados. Destino «es lo dado en el hombre, es decir, limitación y constric­ ción: lo que no se ha elegido y no se puede alterar»213; «es lo nece­ sario, lo forzoso, lo pre-determinado» 214. En cuanto forzosidad se vive el destino en una situación fundamen­ tal; también es una situación límite. La limitación del destino tiene diversos grados: 1) La del ser humano en cuanto humano; 2) La del ser humano en cuanto individuo concreto; 3) La del ser humano en cuanto situado en una posición espacial y temporal; 4) La del ser humano que se encuentra con otros hombres y se halla dentro de los acontecimientos sociales215. Pero el hombre no sufre el destino como algo que lo condene sin más. No estamos constituidos sólo por lo dado como si fuésemos un ser completo, inalterable. Una característica importante del destino es ser ámbito dialéctico, es decir, que, junto a la necesidad forzosa de los límites, nos ofrece posibilidades de luchar entre tales límites. Precisamente, al ejercitar nuestras capacidades —instrumentos de acción, que son al mismo tiempo destino y ofrecen posibilidades— , aparece que nuestro ser no está completo. Y por aquí entran en íntimo contacto necesidad o destino y libertad o carácter216. 211. E. Nicolreconoce que los tres términos indicados en el texto, es decir, azar, destino y carácter, no los inventó él, sino que los leyó en Dilthey y Ortega. Pero afirma que la diferencia con ellos estriba en que Dilthey y Ortega emplean dichos términos «incidentalmente, de pasada» y para E. Nicol son, sin embargo, «conceptos nucleares de una teoría», «instrumentos metodológicos para un análisis sistemático de la vida humana» (PSV 138, nota 1). 212. PSV 138; Cf. también 110, nota 2; ME 235-236, 320; J. G onzález , La meta­ física dialéctica de Eduardo Nicol, México 1981, 278. 213. PSV 136. 214. PSV 140. Cf. CRS 90-92; J. C. T orchia E strada , a. c„ 369-370. 215. Cf. PSV 139 y CRS 90-91. 216. De esta manera se conjugannecesidad y libertad sin anularse. Pues la necesidad

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