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EL HOMBRE Y LA HISTORIA DE EDUARDO NICOL 485 que sea importante la conciencia que el sujeto tenga en y de cada situación vital que viva. Por todo ello, «el cualificativo de vital debe acompañar sin falta al sustantivo si tuación. Con él se indica que la situación abarca lo externo y lo per sonal, funcionalmente integrados en una correlatividad dinámica; que además hay otro factor de dinamismo que aparece en lo puramente externo: hay cambios externos que, como las horas del día, las es taciones y los estados del clima, promueven cambios típicos en el dispositivo interno. Y por encima de todo, el dinamismo externo con tiene ese factor específicamente vital que es la persona ajena, cuyo comportamiento me afecta más que nada, en tanto que es a la vez constante en su presencia y su ejercicio, y más imprevisible aún que las mutaciones del clima» 193. Una vez desentrañada la noción de «situación vital», E. Nicol lleva a cabo una clasificación de las distintas situaciones vitales. Inicialmente éstas pueden aparecer como inclasificables por su carácter de concretas o vitales o biográficas. Pero todas ellas tienen algunos elementos for males que permiten una clasificación. Son estos: a) Toda situación vital tiene una formalidad, su estructura, aunque el contenido de cada situación sea distinto. b) Toda situación vital tiene un sentido para quien la vive, es de cir, está integrada en una vida m. Atendiendo a estos criterios podemos distinguir entre situaciones fundamentales y situaciones límites. Si nos fijamos en otro principio de clasificación, la duración, las situaciones pueden ser transitorias o permanentes. 1. División de tas situaciones vitales según la estructura y el sentido Situaciones fundamentales Las situaciones fundamentales presentan las siguientes caracterís ticas: a) «Son en principio genéricas y en ellas estamos por el simple hecho de existir como humanos» 195. De ahí que constituyan el «desti- 193. CRS 83. El tema de las situaciones vitales puede verse también en PSV 90-107; CRS 81-84; VH 188-189. 199-200. Cf. también J. C. T orchia E strada , Eduardo Nicol y la idea del hombre, en Cursos y conferencias, Buenos Aires 1953, 367. 194. PSV 109; J. C. T orchia E strada , a. c., 368. 195. PSV 109-110. Cf. 115-116. 6
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