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470 MANUEL GONZALEZ GARCIA En la experiencia pueden aparecer otros datos con el carácter de inmediatos y fundamentales, que no sean primarios sino adventicios. Así es el caso de la asimilación que llevamos a cabo del espacio y del tiempo (como medios independientes y homogéneos) en nuestra expe­ riencia. Se trataría, en este caso, de la incorporación de elementos que son datos adventicios y se convierten, con tal asimilación, en espon­ táneos. Lo inmediato y lo primario, como hemos visto, es la distinción cualitativa entre el antes y el ahora temporales, entre el aquí y el allí espaciales. Los conceptos de espacio y tiempo homogéneos no son pri­ marios, sino adquiridos intelectualmente, derivados, adventicios. Pero la experiencia, por acumulativa y por completar al sujeto, re­ funde lo primario y lo adquirido y el sujeto «vive sus experiencias habituales como si la cuantificación del tiempo y del espacio fuesen para él algo primario, natural e irreflexivo» 145. E. Nicol habla de una «segunda naturaleza» en la que el «espacio neutro y el tiempo uniforme quedan vitalizados. En este caso los valo­ res métricos no se aplican literalmente, no vienen a sustituir a los otros, los primarios y cualitativos; al quedar vitalizados se opera con ellos en función del aquí y del ahora» 146. Aun rechazada la mutua dependencia espacio-tiempo, debemos afir­ mar la implicación recíproca del aquí y del ahora. Ello se debe a la actualidad de ambas dimensiones del yo, en cualquier situación. «Aquí es siempre el lugar donde yo estoy y ahora es siempre mi momento miento pasado, no supone recorrer numérica, linealmente, cuantos acontecimientos van del presente al acontecimiento concreto pasado. Puede haber, y hay de hecho, saltos en el recuerdo del pasado. También es claro que la proximidad o lejanía de los acontecimientos están marcados profundamente por la afectividad, lo que confirma el carácter cualitativo del pasado. Como también es otra prueba de carácter heterogéneo del pasado la distinción entre recuerdo o memoria inmediata, recuerdo o memoria diferida o absoluta, cuyo límite es imposible fijar cuantitativa, homogéneamente (PSV 54-56). 145. PSV 57. 146. PSV 57. E. Nicol pone algunos ejemplos prácticos para mostrar como vitaliza­ mos el tiempo y el espacio. El espacio neutro (él pone el ejemplo de «diez metros») puede convertirse en un valor más grande o más pequeño en función de nuestro «aquí» y nuestro «ahora», estando las personas lejos o cerca, aunque métricamente se hallen en la distancia justa de diez metros en todos los casos (PSV 57). Aun hay más. El espacio y el tiempo se hacen interdependientes, pues para el sujeto en su experiencia, «no existe un tiempo independiente del espacio; el tiempo métrico está vitalizado porque depende del ahora y el espacio métrico está vitalizado porque depende del aquí; pero el aquí y el ahora están implicados el uno en el otro necesaria­ mente para cualquier sujeto, en cualquier situación» (PSV 58). Algunos ejemplos de esta dependencia y vitalización en PSV 59.

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