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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 445 Ya que ahora el no ser goza de unas determinaciones que existieron efectivamente y que actualmente ya no son. Es un modo de ser «pa­ sado», «inactual». Estos dos primeros modos de no ser manifiestan la temporalidad del ser, de la realidad y, por tanto, también del Ser. Sólo la presencia del no ser, como modo de ser (en potencia o en pasado), demuestra la continuidad, la unidad y la permanencia del Ser. La razón dialéctica de la temporalidad se halla propiamente en el ser tal como recogen estos dos modos de contingencia. 3) «E l no ser de un ente es el ser de cualquier otro ente» 64. Nos encontraríamos aquí con la «alteridad», modo de no ser que demuestra cómo el ente no puede definirse por sí mismo, aisladamente. No sólo en lógica la definición implica una relación de alteridad, sino que sucede lo mismo en el mundo de la realidad: «Todo ente es deter­ minado. Toda determinación es una limitación. Toda limitación es a la vez una afirmación y una negación de ser. En la definición de un ente, la cual consiste en decir «lo que es», está presente, por lo menos de manera implícta, la indicación de todo «lo que no e s » 65. En esta modalidad de no ser, se conjuga la afirmación del ente en cuanto «esto» —lo mismo, lo que es— , con otros entes, en cuanto los «otros» — todo lo que no es esto— . De donde, la relación dialéc­ tica de ser y no ser en una comunidad de ser, una y diversa, porque todos son modos de Ser. 4) «E l no ser lo produce la mutación del ser (del en te)»66. Se establecería en este modo de no ser la «alteración». Y se trata­ ría, si es que puede hablarse así, del no ser más íntimo al ser del ente. Ya que el mismo ente, siendo, pierde unas determinaciones para adqui­ rir otras. No se tiene en cuenta la inexistencia, «lo que ya no es», sino la variación en las determinaciones del ente en virtud de las cuales podemos seguir identificando un ente en las formas distintas, actuales y pasadas, que ha tenido67. Después de haber señalado las notas de la contingencia, necesita­ mos replantearnos la relación de los entes contingentes con el absoluto. Las variantes o posibilidades teóricas son muy pocas: el absoluto es indeterminado o determinado; es trascendente o inmanente. 64. Ibid. 65. Ibid. 66. PC 349. 67. Ibid. Otro modo de enunciar los principios de la contingencia en CRS 253-254.

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