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EL HOMBRE Y LA HISTORIA EN EDUARDO NICOL 431 La historicidad tiene otra dimensión profunda, interna, más allá del concepto de «crónica». Pues, «si la situación de estas verdades no tiene una forma unívocamente progresiva, sino la forma de un proceso evolutivo, entonces parece que los resultados de la tarea científica no dependen sólo de la re­ lación cognoscitiva entre el sujeto y el objeto, sino además, de una relación histórica entre el pensamiento de este sujeto y sus antece­ dentes. El problema se centra en ese además » ^ Y, así, desde un punto de vista antropológico, las categorías kan­ tianas ya no son un a priori sino simple y llanamente históricas. No por cronología externa, «sino porque es esencialmente histórica la función simbólica misma, cualquiera que sea el esquema teórico o el sistema lógico que se emplee» 19. Además, la historicidad interna afectará a la ciencia con una «mu­ tación frecuente, forzosa, turbadora, de los esquemas teóricos en que se fundan la investigación y el sistema de las hipótesis de trabajo» 20y convirtiendo en históricas todas las teorías y leyes, todos los conceptos básicos y las categorías21. Con esta conversión no se niega la verdad de la ciencia, sino «el ideal, convertido en concepto, de una verdad absoluta y definida» 22. También es preciso tener en cuenta que la contracción del tiempo histórico ha traído consigo la presencia simultánea de teorías diferen­ tes que, en un proceso temporal más lento, hubieran sido sucesivas y no habrían coexistido perturbándose mutuamente23. 18. PC 28. 19. ME 109. Cf. también 80-83. Sobre el sentido que haya de darse a la palabra «simbólica» en los escritos de E. Nicol recogemos, por ahora, las indicaciones de esta misma obra en las pp. 350-351: «El símbolo no es nunca propio y exclusivo de quien expresa, sino que éste lo pro-pone justamente como signo común de entendimiento, como medio de vinculación, como esa tessera hospitalis de que hablaban también los romanos. La significación se establece simbólicamente, que quiere decir lo mismo que dialógica- mente; o sea, que la virtualidad significativa del símbolo no depende tanto, o no depende sólo, de su relación con la cosa simbolizada, cuanto de la auténtica relación simbólica por la cual se produce la comprensión cooperativa de los dialogantes... La simbolización presupone la alteridad: sin dos términos que se reúnen, no hay relación simbólica». 20. PC 14. 21. PC 15. En nota de la p. 14 de esta misma obra, recoge E. Nicol la tragedia de una ciencia física que tiene que cambiar esquemas tan capitales como la relatividad o la mecánica cuántica que acabaron, a su vez, con las teorías de Newton. Cf. ME 109. 22. Verdad y Expresión, en Revue Internationale de Pbilosophie 16 (1962) 38. 23. ME 109.

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