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514 MANUEL GONZALEZ GARCIA «Esta presentación es la que cambia, como el ser mismo del logos que es el hombre. El logos es histórico porque el hombre es el repre­ sentante del Ser. Lo representa sin desprenderse de él, y éste es el prodigio de la palabra. La palabra no es representante como un agente que pregona el Ser. Lo representa simbólicamente: como un auténtico oójjiPoXov, que es parte complementaria del ser que no habla» 283. Estas son las líneas maestras de la metafísica dialéctica y fenome­ nologica, que constituye la aportación más peculiar de E. Nicol. Según se desprende de su obra Metafísica de la expresión, o no es posible la ciencia del Ser o su objeto ha de ser accesible mediante una experiencia primaria y común. Por eso, el Ser se convierte en pre­ sencia, en lo real que existe cambiando. El mundo de los entes goza de paz ontologica y, al mismo tiempo, su estructura es dialéctica. La metafísica, con ello, recobra el carácter concreto que tuvo en sus orí­ genes. Lo uno, el absoluto, es, a la vez, cambiante y permanente. No se puede decir que E. Nicol pertenezca a una determinada es­ cuela filosófica. Más bien, habría que considerarlo como un filósofo impregnado de un cierto eclecticismo, al mismo tiempo que de cierta originalidad. Asume, evidentemente, ideas, términos y, sobre todo, los proble­ mas que plantean otros filósofos. Tal es el caso de Schelling, Hegel, Bergson, Dilthey, Kant, Cassirer, Max Scheler, Heidegger, los filóso­ fos presocráticos y, más en particular, Heráclito. También encontra­ mos afinidades entre sus ideas psicológicas y la filosofía de Jaspers, Marcel, la circunstancia de Ortega, las formas de vida de Spranger. Pero, más que copiar o repetir a estos autores, coincide con ellos en los hechos que han de ser explicados por la filosofía. Así lo indica él mismo: «Pienso que... las diversas posiciones personales de los pensadores no son nunca verdaderamente aisladas o inconexas. Por singular que sea la individualidad del filósofo... los problemas de que se ocupa lo vinculan también a los demás pensadores. Pues los problemas son los mismos para todos... No hay problemas individuales en filosofía, sino maneras individuales de sentirlos y pensarlos. Pensar por cuenta propia es aprender a vivir como propios y formular con claridad y distinción los problemas comunes, antes de que podamos elaborar doc­ trinas personales para solucionarlos»284. 283. ih 82. 284. VH 291. Algunos pasajes concretos en los que E. Nicol niega su adscripción

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