PS_NyG_1986v033n002p0281_0308

A. KRYVELEV Y G. BUENO 303 de sus propias opciones filosóficas y políticas, y revelan al mismo tiempo la insostenibilidad de la cosmovisión que mantienen» (p. 474, vol. II). Nuestro autor acusa a la «historiografía burguesa» de realizar el trabajo de interpretación del hecho religioso «desde unas posiciones idealistas y religioso-apologéticas», opuestas a la interpretación «cien­ tífica» que aporta «la explicación histórica-materialista y, por consi­ guiente, una explicación verdadera de los fenómenos sociales dentro de su desarrollo histórico» ( Ibid .). Después de haber analizado con detención su obra, su postura nos produce, creemos que con justicia, asombro e inquietud científica ante estas formas de enfocar el fenómeno religioso al que, por otra parte y curiosamente, se le reconoce su complejidad (p. 473, vol. II). La obra, en su original, lleva por título: Istoria religuiy. La tra­ ductora, Jarmila Reznickova, ha interpretado, y creemos que correcta­ mente, la inspiración fundamentalmente atea de la misma, que ha jus­ tificado haberla intitulado en la edición castellana: Historia atea de las religiones. No obstante, encontrarse con obras de esta índole resulta intere­ sante. Ayudan a situar los análisis del fenómeno religioso en conside­ raciones más amplias, aunque sólo sea por la reacción contraria que produce su «dogmatismo» que en la misma presentación del libro se reconoce (pp. 7-8). Al mismo tiempo, sirven para profundizar en el papel que las condiciones socioeconómicas y otras desempeñan en el nacimiento y el desarrollo de las vivencias religiosas y que, a veces no se consideran en toda su amplitud. Creemos que el materialismo histórico puede aplicarse al estudio de la historia de las religiones, pero siempre que se le reconozcan sus limitaciones y no se le haga un método absoluto. Una vez más, se impone el discurso interdiscipli- nar al que nos lleva, por exigencia interna, la complejidad del fenó­ meno religioso. 2. Anotaciones a la obra d e G. Bueno Gustavo Bueno es Catedrático de Filosofía de la Universidad de Oviedo. Un pensador polémico en casi todos sus escritos e interven­ ciones. De él ha podido afirmarse que, a veces, produce una sensación desconcertante: no se sabe si habla en broma o en serio. Además de la obra que comentamos, ha escrito: El papel de la filosofía en el con­ junto del saber, Madrid 1970; Etnología y utopía, Palma de Mallorca 1971; Ensayo sobre las categorías de la Economía Política, Barcelona

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz