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A. KRYVELEV Y G. BUENO 291 gión se alimenta de dos fuentes fundamentales: de la idea de la reli­ gión verdadera (contrapuesto a empírico) y de la idea del hombre, en cuanto sujeto de la religión (Ibid.). Pero, para acercarse filosóficamente a la religión, existen coordenadas de diverso orden (sociales, políticas, tecnológicas, etc...), que imponen otra forma diferente de hacer filo­ sofía de la religión, distinta a la de Aristóteles (p. 79). Esta nueva forma de enfrentarse filosóficamente con la religión, no renuncia a lo científico; sino que lo supone para, desde él, pronun­ ciarse sobre la verdad de aquélla. Pero no por ello deben considerarse estos saberes científicos como procedimientos más adecuados para esta­ blecer la estructura o esencia de los fenómenos religiosos (p. 91). Seguidamente, Bueno se pronuncia contra la «prepotencia» de la Antropología cultural, calificándola de «declamatoria» (pp. 93-94), pues-- to que se introduce en campos ajenos a sus legítimos pronunciamientos. La pregunta por la esencia de la religión es «crítica y normativa». Y la esencia es entendida como «totalidad procesual y susceptible de un desarrollo evolutivo interno» (p. 104). Comporta los momentos si­ guientes: núcleo-cuerpo y fase de la esencia (pp. 104ss). A la clarifica­ ción de este proceso de la esencia de la religión se dedican varias pági­ nas de la obra (pp. 104ss). Por núcleo entiende «germen o manantial («género generador») del cual fluye la esencia y es el que confiere, in­ cluso a aquellas determinaciones de la esencia que se hayan alejado del núcleo hasta el punto de perderlo de vista, la condición de partes de la esencia» (p. 104). Por cuerpo o corteza de la esencia considera «el conjunto de aquellas determinaciones de la esencia que proceden del exterior del núcleo, pero que lo envuelven a medida que van apare­ ciendo, de un modo constante» (Ibid.). Y por fase la modificación que el núcleo, envuelto por el cuerpo y en razón del medio, «se modifica internamente (y con él, la propia esencia se desarrolla según la forma evolutiva de la metamorfosis)...» {Ibid.). Estas fases, por último, consideradas en su conjunto, constituyen el curso de la esencia (Ibid.). Este es el mínimum que exige Bueno para definir la religión en su esencia genérica. La Idea de religión no es, según esta interpretación, una especie de yuxtaposición o agregado empírico de determinaciones que resultasen de estudios científicos (esencia empírica), pero tampoco una figura abstracta, subsistente, aislable (p. 105). Compromete otras muchas Ideas (hombre, mundo, Dios). «Se trata, en resolución, de admitir paladinamente que la elección entre las diver­ sas alternativas de organización de los fenómenos no es el resultado

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