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254 V. M. BORRAGAN implica la «religación» en la filosofía de Zubiri a la altura de los años ochenta? Es necesario tener en cuenta especialmente, tal y como nos dice Diego Gracia, que «en Zubiri, aún en el de la época de madurez, el posterior a 1962, se da una evidente revolución que finaliza, según pienso, con el tríptico sobre Inteligencia sentiente, de tal modo que todos los demás textos, aunque pertenezcan a la época de madurez, deben ser interpretados desde aquellos, especialmente en los casos de discordancia» 3. 1. El marco general de la filosofía zubiriana Vista restrospectivamente, la trilogía sobre la inteligencia clarifica en gran manera toda la filosofía de Zubiri, ayudándonos a plantear los problemas desde un marco más completo. Hay allí una frase que Zu­ biri coloca en las páginas introductorias y en la que se declara la es­ tructura formal del inteligir: «la intelección humana es formalmente mera actualización de lo real en la inteligencia sentiente» (IRE 13). Exprimir esta frase hasta el final supone nada menos que abarcar de un vistazo todos los ámbitos a los que, según nuestro autor, puede aplicarse de un modo radical la reflexión filosófica, porque los tres términos que aparecen en ella («intelección», «realidad» y «actualiza­ ción») nos sitúan en las tres dimensiones básicas de la realidad única: la intelecdión de realidad, la realidad inteligida y la fuerza con que se impone esta realidad al ser actualizada. Con otras palabras, en la aprehensión de realidad, que es el acto radical del hombre y lo que marca el orto mismo de lo humano, se intelige realidad actualizándola. El primer momento corresponde propiamente a la intelección, es el aspecto noético de la aprehensión y Zubiri lo ha expuesto en la trilo­ gía Inteligencia sentiente ; el segundo corresponde a la realidad, es el aspecto noemático de la aprehensión, y a ello está dedicado Sobre la esencia\ el tercero es el relativo a la religación, el aspecto noérgico de la aprehensión, y está tratado especialmente en El hombre y D ios 4. 3. D. G racia, Voluntad de verdad, Barcelona 1986, 215. 4. Esta división, por su carácter arquitectónico, clarifica bastante las cosas,, pero no es del todo exacta, pues la noergia es más que mero mo­ mento, es el carácter formal de la aprehensión; es decir, la aprehensión es ante todo noergia, consiste en un físico estar presente de la realidad, y por ello podemos distinguir el momento noético y el noemático: «El noema y la noesis no son momentos intelectivos primarios. Lo radical es un devenir de actualidad, un devenir que no es noético ni noemático sino noérgico» (IRE 64). No obstante, lo que le pertenece de un modo más propio es la

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