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LA JUSTIFICACION INTELECTUAL DE DIOS 267 lidad ese fundamento ya incoativamente inteligido. Destacar, finalmen­ te, el hecho de que el conocimiento, como modo de intelección en razón, es el resultado de una marcha en la realidad y es problema siempre abierto. Conocer no es establecer un juicio definitivo sobre algo: esto es lo propio del logos. El conocimiento es siempre abierto y pro­ visional, lo cual no quiere decir que no sea verdadero, pero sí supera­ ble. «Conocimiento es solamente intelección en búsqueda» (IRA 262). 4. El acceso a la realidad divina Con el sucinto análisis de la dinámica de la intelección poseemos ya más luz para plantear en sus justos términos el problema de Dios. Se ha puesto de manifiesto que el hombre es un ser religado. La rea­ lidad a la que está atado se muestra como el fundamento de la perso­ na, en cuanto que es el apoyo último, posibilitante e impelente de la realización. Esto es un hecho. Pero se impone seguir inteligiendo. Desde que hemos actualizado el poder de lo real como enigmático, estamos más allá de la aprehen­ sión primordial y del logos, remitidos hacia aquello que hace posible ese poder en las cosas: «La inteligencia no está tan sólo intencional­ mente 'dirigida’ hacia, sino físicamente "lanzada’ hacia» la resolución del enigma. Este es el problema de Dios o Dios como problema. La razón entra en juego para llegar a conocer cuál es su fundamento: «el poder de lo real es lo que no especulativamente sino física y real­ mente me lanza inexorablemente hacia el fundamento real del poder de lo real (...). Lanzado: esto es, el poder de lo real abre inexorable­ mente el ámbito de la fundamentalidad» (HD 259). Estamos remitidos hacia la realidad-fundamento y se impone la necesidad de buscar. Dios es término de conocimiento. No está imprevisamente dado, sino que su presencia es la de una realidad hacia la que estoy remitido. El poder de lo real nos lleva así a esbozar una posibilidad concreta. Este esbozo será algo con lo que todos estarán de acuerdo en cuanto idea, pues la provoca idéntica experiencia (el hecho de la religación). Que luego haya una realidad que responda a este concepto es cuestión que tendrá que confirmarse contrastándolo en la realidad. Según Zubiri, el esbozo puede reducirse a tres rasgos principales: — Dios sólo podrá ser el fundamento de lo real6; 6. «Ser fundamento es más que ser objeto. El objeto es mero objectum, algo que está 'frente' a mí según él es en y por sí mismo, y en ello se agota

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