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264 V. M. BORRAGAN dad como algo en «hacia». Zubiri repite con frecuencia que no se trata de ir hacia la realidad, porque ya estamos en ella en virtud de la im­ presión, sino que es la realidad quien está dada en «hacia», como una dirección. Es lo que nos lleva a actualizar la cosa real aprehendida en su referencia a otras cosas también sentidas, o cuando menos senti­ bles, es decir, a descubrir lo que esa cosa real es «en realidad» (logos); y lo que nos lleva también a actualizar lo que la cosa real es respecto de la pura y simple realidad, es decir, lo que esa cosa es «en la reali­ dad» (razón). En nuestro asunto, la religación es un hecho actualizado en apre­ hensión primordial. No se trata de una teoría sobre el hombre, sino de nuestro constitutivo estar atados a la realidad. Este hecho es afir­ mado por el logos como siendo en realidad el poder que nos hace ser personas y tener que realizarnos. Pero, por ello mismo, se impone se­ guir avanzando, marchar desde la aprehensión allende ella para des­ cubrir qué es ese poder en la realidad o, mejor, cuál es la realidad de ese poder. Es entonces cuando se despliega la actividad de la razón, al actualizar lo real campal sobre el fondo de la realidad. Esta actua­ lización es justo problema. En otras palabras, desde el momento en que el poder de lo real abre en su interior una oquedad y nos lleva a algo más, al problema de Dios o de la realidad fundamento, estamos moviéndonos en el ámbito racional. La palabra «problema» viene del griego pro-bailo, que significa arrojar algo «ante». En el problema, la inteligencia está arrojada hacia una realidad no dada impresivamente. Es el campo mismo quien lanza a la inteligencia hacia una realidad extracampal, actualizando no ple­ namente (de modo problemático) aquello hacia lo cual estamos lanza­ dos. Es importante dejar claro que esta actualización en forma proble­ mática no es algo que yo me planteo, sino que estoy llevado a ello por la realidad misma: «la realidad en 'hacia’ me lanza a una actuali­ dad problemática» (IRA 64). Es lo que Zubiri expresa diciendo que lo real «da que pensar». Esta actualización mueve no a buscar realidad, sino a inteligir bus­ cando, a modalizar la intelección y hacer de ella una búsqueda en la realidad. Esta búsqueda en cuanto actividad es el pensar, en cuanto intelectiva es la razón. Pero no se trata de una marcha y una búsqueda a ciegas, sino que se marcha con un metro determinado —la realidad inteligida en el logos— y se busca en una dirección concreta —el fondo de esta cosa real campal— . La razón, en cuanto intelección en bús­ queda, posee así tres caracteres precisos: es dinámica, díreccional y

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