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DIOS COMO «VIVENCIA» Y COMO «CONCEPTO» 233 Ahora queremos más bien subrayar que la mentalidad aristotélica sobre el saber puro no se impuso en su tiempo. La Metafísica de Aris­ tóteles vino a ser un «guadiana», que se hunde en tierra por cinco siglos, para surgir ya potente con el gran comentador Alejandro de Afrodisia, a quien prolongan y amplían los pensadores árabes hasta llegar a la Escuela de traductores de Toledo, nunca suficientemente ponderada. Por ella irrumpe esta Metafísica en el pensamiento medie­ val para seguir pesando hasta nuestro días. Este historial glorioso no puede hacernos olvidar que en la época helenística, que sigue a Aristóteles, domina el «ideal del sabio». J. Ma­ rías, con el común de los historiadores, ha caracterizado a la época helenística con estas notas: «desinterés por la metafísica en cuanto tal; atención primordial a las cuestiones de ética; concepción de la filosofía como un modo de vida, con olvido de su valor teórico...» n. En suma, añadimos por cuenta nuestra; que el sabio del helenismo se halla más cerca de las sabidurías ancestrales que « enseñan a vivir», que de la sofia aristotélica, ciencia de principios y saberes últimos. El filósofo más popular y autorizado, el estoico, vino a ser algo así como un director de conciencia. Las Cartas a Lucillo de nuestro Séneca preanuncian las incontables cartas de dirección espiritual que se leen en el Santoral Cristiano 12. Contra esta visión histórica no es válida la objeción de que tam­ bién los estoicos cultivaron la Lógica con aportaciones hoy día muy estimadas. A esta objeción respondemos que si los estoicos cultivaron egregiamente la Lógica, no lo hicieron por su valor en sí, sino porque buscaban en ella el respaldo para su concepción de la necesidad cós­ mica. Esta necesidad era para ello una cadena única y singular, vincu­ lada férreamente en sus eslabones, por la ley lógica de la condicio­ nal 13. No es justificable, por lo mismo, que historias meritorias de la Lógica silencien este aspecto de la ló¿ica estoica. Y sólo valoren sus análisis consecuenciales. Desde una visión objetiva, contra lo que dan a entender tales historias, nunca se han dado lógicas más opuestas que la estoica y la logística de hoy. Esta rechaza con desdén cualquier in­ gerencia de la metafísica en la misma. La estoica, por el contrario, 11. J. M arías, Historia de la Filosofía, 25 f ed., M adrid 1973, 84. 12. Sobre este influjo nos remitimos a la obra de M . de M ontoliú , ET alma de España y sus reflejos en la literatura del siglo de oro, Barcelona, s. a., 359-572. 13. Nos remitimos a lo que ya escribimos en nuestro estudio, Dialéctica y Diálogo, en Naturaleza y Gracia 19 (1972) 89-90.

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