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236 E. RIVERA de la primacía del saber, propuesta por Aristóteles, no la comparte la paideia griega. Menos aun la paideia cristiana. En comprobación de esta tan importante actitud histórica me place acotar un pasaje de Clemente Alejandrino. Lo creo un paralelo opuesto a la tesis aristotélica del saber por el saber. Anotemos, como preám­ bulo, que en su ciudad de Alejandría se han dado un primer abrazo el Cristianismo y la cultura griega. En ocasiones se tiende a interpretar prevalentemente este abrazo por la vertiente de la ciencia. Así J. Quas- ten escribe: «Clemente se merece el título de "pionero” de la ciencia eclesiástica... Si el pensamiento y la investigación de tipo científico tienen hoy derecho de ciudadanía en la Iglesia, se lo debemos princi­ palmente a él» 19. La actitud de J. Quasten es aceptable en el sentido tantas veces repetido en los medios teológicos de que la razón tiene el derecho y hasta el deber de acercarse al misterio de Dios para sondearlo y alcanzar de él lo que le sea posible. Siempre el buzo de la razón reve­ rente regresará de aquel fondo con una perla más. Pero la historia in­ terna de la vida intelectual del Cristianismo en los últimos siglos nos habla de una perenne tensión entre teoría y praxis, tensión totalmente desconocida en la Patrística. Ello se debe a una razón por demás evi­ dente: la Patrística, toda ella, es Paideia Cristiana. Es decir; un saber unitario en el que la vida cristiana, que es siempre lo primario, pide ser clarificada por la razón iluminada por la fe. Lo que más tarde se llamará razón teológica. Pero nunca, en los tiempos de la Patrística la razón teológica pretendió la autonomía que en estos últimos siglos ha alcanzado. Es esta Paideia cristiana la que pone en relieve el texto aludido de Clemente Alejandrino, cuyo momento esencial damos en griego: rcpoaxTtxó<;, 06 |xe0o8ixó<; <ov ó itacía^coYÓS, ^ xat ocütoü fJeXxicbaat t t jv 4>0X 7Í V ¿ 0 T t v 5 ° o 8 t8 a ^ a t 20. 19. J. Q uasten , Patrología, tr. de I. Oñatibia, EDICA, Madrid 1961, t. I, 310. 20. Clement d'Alexandrie, Le Pedagogue (Sources Chrétiennes, 70), París 1960, livre I, 1, 1, 4, p. 110. PG. VIII, 250. Debo anotar que en el texto de PG. se lee: praktikós en vez de proaktikós. El sentido viene a ser casi el misamo, pero proaktikós es más hondo y filósofo, más de acuerdo con la mente de Clemente Alej. Desde la crítica textual, como este segundo voca­ blo es de más difícil lectura, hay que preferirlo. Adviértase, por otra parte, que las Patrologías de Migne tienen muy poco de críticas. Modesto Berciano, Kairos. Tiempo humano e histórico-salvífico t Aldecoa, Burgos, 1976, subraya la visión histórico-salvífica de Clemente de Alej. Nos parece que esta tesis corrobora lo que se afirma en el texto.

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