PS_NyG_1986v033n001p0139_0172

EL PECADO ORIGINAL EN SU HISTORIA 147 tanto, incluso si un ser humano no tiene pecado ninguno, todavía está absolutamente necesitado de ser salvado únicamente por la gracia de Cristo. Si tiene pecado o no, hay que afirmarlo por otros caminos, no deducirlo del hecho de que necesita del Salvador y de que está en im­ posibilidad absoluta para salvarse por sus propias energías humanas. Aunque éstas sean óptimas, no puede salvarse sin Cristo, como querían los pelagianos. Y a la inversa, para ver en el ser humano la necesidad de Cristo, no hay que despotenciarlo ni presentar su naturaleza «corrom­ pida» por ningún tipo de pecado. La naturaleza, aunque sea 'íntegra- integérrima’ nunca podrá salvarse sin el auxilio de la gracia de Cristo. Al leer este libro de Köster sobre el Po en la época moderna y con­ temporánea surge, connaturalmente, la comparación con otra obra de gran empeño publicada, hacía un decenio, por J. Gross3. La obra de Gross se demora más en el estudio de los teólogos católicos postriden- tinos hasta nuestros días. En este aspecto es tal vez más completa. Pero el libro de Köster viene a llenar dos notables lagunas existentes en el trabajo de Gross: a) el haberse limitado a historiar la doctrina del Po en la teología católica, omitiendo la protestante; b) el no haber dedicado la atención debida a la crítica que de esta teoría hicieron los filósofos de la Ilustración y sus epígonos, por ellos influenciados. Ambos puntos son tratados por Köster con detención. Es un acier­ to, porque sin tomar cuenta de las investigaciones de los teólogos pro­ testantes, especialmente las de este siglo, la inquietud que reina entre los católicos sobre el tema no tendría suficiente explicación. Con mayor motivo habría que referirse a la crítica de los Ilustrados. Primero por lo que en sí significa y más aun porque señala la necesidad que xa teología tiene de atender las dificultades que, desde una sana visión «natural» del hombre, se elevan contra la teoría del Po. Advertidos por estas voces los teólogos católicos han hecho una reflexión crítica más exigentes sobre sus propios principios (que es lo importante) y 3. Julius Gross, Geschichte des Erbsündendogmas. Ein Beitrag zur Ges­ chichte des Problems vom Ursprung des Übels. Bd. I: Entstehungsgeschichte des Erbsündendogmas. Von der Bibel bis Augustinus. Bd. II: Entwicklungs­ geschichte des Erbsündendogmas im nachaugustinischen Altertum und in der Vorscholastik ( 5-11 . Jahrhundert). Bd. III: Entwicklungsgeschichte des Erb­ sündendogmas im Zeitalter der Scholastik (12-15. Jahrhundert). Bd. IV: Ent­ wicklungsgeschichte der Erbsiindendogmas seit der Reformation, München, E. Reinhardt 1960-1972.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz