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144 ALEJANDRO VILLALMONTE ducentes» 2. Por este motivo, juzgamos acertada la inclusión de este largo capítulo en una historia del Po en la época moderna. Ya que, como indica Kóster} la crítica que del Po hace la Ilustración influye ostensiblemente en la teología cristiana; primero en la protestante y luego en la católica. Influencia que se prolonga hasta la controversia que hoy se mantiene. La Ilustración recibe el tema del Po y la visión del hombre en él subyacente, de manos de la teología cristiana, pero especialmente de la protestante. Los católicos, por su irrelevancia cultural en aquellos siglos, quedaban un poco marginados. Por lo demás, la doctrina cató lica sobre el hombre debería resultar menos hiriente para el optimismo de los filósofos ilustrados. Estos, en su exaltación de la razón humana y de sus creaciones, no podían admitir una doctrina como la del Po en la que habla constantemente de la naturaleza humana, de la inte ligencia (y voluntad) 'heridas’ por él con una herida o debilidad con gènita. Obviamente, también los productos de esta razón humana, lo que llamamos productos culturales habrían de estar 'vulnerados’, al brotar de esta naturaleza vulnerada. En movimiento pendular extre moso, los Ilustrados proponen a la razón natural, perfectamente ínte gra y vigorosa, como juez supremo de la verdad accesible al hombre. El descubrimiento de los 'géneros literarios’, por una parte, es un reconocimiento a la relatividad e historicidad de la mente en la adqui sición de la verdad, por tanto, un signo de modestia. Pero, también es una reacción contra el autoritarismo y dogmatismo doctrinal de las Iglesias cristianas. Incluida la «autoridad» de la Escritura respetada e incluso magnificada hasta entonces. Finalmente, se abre paso la idea de la evolución, del progreso tanto en la visión del cosmos, como en la concepción del hombre, de su estar y de su obrar en la historia. Son estos motivos, fuerzas y factores que aparecen en la crítica que de la doctrina del Po realizaba la Ilustración, según la aprecia y sintetiza Kóster (I, 111-128). En apartados sucesivos se estudia el impacto que esta crítica de los Ilustrados produce en la teología pro testante; en la teología católica; en el idealismo alemán; en ciertos teólogos de propensiones teosóficas; en la teología protestante del si glo X IX , especialmente la teología liberal. Por lo que respecta a la teología católica, se advierten intentos in novadores en G. Hermas y A. Günther, inquietos pensadores en esto como en otros temas de la dogmática. Sin embargo, la neoescolástica 2. E. C a ssir er , Filosofía de la Ilustración, México 1972, 163-164. Ver 159-184.
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