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86 LUDIVINA SASTRE ROMO a construir la convivencia humana sobre la base del respeto mutuo a los derechos y deberes de la persona humana» 137. A la luz de lo dicho anteriormente, podemos afirmar que «cuando hablamos del educador cristiano, no nos referimos propia­ mente al educador que toma directamente a su cargo la profesión re­ ligiosa. Aludimos más bien al que se propone unos objetivos pedagó­ gicos y profesa unos métodos de educación que se inspiran en el con­ cepto cristiano del hombre, aun cuando la enseñanza y tarea educa­ tiva de la que se responsabiliza no se refiera a disciplina directamente religiosa... Para una educación cristiana es de suma importancia que el pro­ pio educador haya logrado en sí mismo la unidad de vida auténtica­ mente humana y perfectamente radicada en Jesucristo dando testimo­ nio de su fe» 138. Es, por tanto, maestro cristiano, aquel discípulo de Jesús que desde su vida personal y desde la comunión con los demás, revive la perso­ nal de Aquél a quien sigue y a quien pretende que conozcan los demás, para que descubran el valor que tiene el hombre por ser obra de las manos de Dios, y el sentido último de su existencia. También es aquel discípulo de Jesús que piensa el mundo, la socie­ dad en que vive: lucha en la búsqueda de la justicia, del amor, de la esperanza... Y este empeño quiere comunicárselo a sus alumnos para que así, juntos, trabajen para conseguir la renovación de la sociedad. Se desprende de lo dicho anteriormente que pueden ser maestros cristianos, educadores en la fe, todas aquellas personas, hombres o mu­ jeres, sacerdotes, religiosos/sas y laicos que en su calidad de bautizados, aspiran a asumir la gracia y los compromisos que se derivan de la consagración bautismal y que abordan el impulso y exigencias de su condición cristiana, en todas las circunstancias que el mundo de la educación les depara. 137. La reforma del Sistema Educativo, en Documentos Colectivos del Episcopado Español sobre la Formación Religiosa y Educación 1969JJ980, Madrid 1981, 223, n. 4; Cfr. P ablo VI, Populorum progressio, 48, n. 19; GS 60. 138. La Iglesia y la educación en España hoy, en Documentos Colectivos del Episcopado Español sobre la Formación Religiosa y Educación 1969-1980, Madrid 1981, 54, n. 42.

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